La forma en que nos percibimos se construye de acuerdo a criterios idealizados sobre la belleza física. Dentro de esa realidad, la manera en que nos vemos dentro de las redes sociales podría generar una idealización sobre lo que somos en verdad.
“Quisiera verme más como el filtro del Instagram”, representa una frase expresada por más de un joven, muchas veces insatisfecho con su imagen. Ante esto, la licenciada en psicología clínica y experta en terapias basadas en evidencia, Olga González, hizo un cuestionamiento en torno a la manera en que afectan las redes sociales, con su inmensidad de filtros, a la hora de construir una autoimagen saludable.
Lic. Olga González
“La adolescencia es la etapa más vulnerable para la aparición de problemas con la imagen corporal. Esto se debe a que a lo largo de la adolescencia se experimenta una serie de cambios fisiológicos, emocionales, sociales, etc., que pueden desencadenar una insatisfacción con el propio físico”, explicó la licenciada.
Entre los factores internos o externos que derivan en problemas de autoaceptación en los jóvenes, González mencionó la personalidad, la tecnología y el mal uso de ella, las redes sociales, estilos de crianza, entre otros factores. Así, frases como: “cuando estás lindo, si sos mi hijo/a” o las típicas comparaciones realizadas con otros niños podrá afectar indudablemente en la imagen y concepto que vaya generando un adolescente.
Dentro del punto, para la psicóloga, también el contexto social y comercial homologa el valor de las personas de acuerdo a la posesión de determinados objetos o marcas. “Teniendo en cuenta la sociedad en la que vivimos, no es de extrañar que aumente cada vez más la preocupación por la apariencia física y la necesidad de aprobación”, remarcó González.
CONSECUENCIAS
González explicó que los problemas de autopercepción pueden afectar de manera directa al comportamiento de los jóvenes, derivando en serias consecuencias conductuales.
“Según investigaciones recientes en el 2010 se ha visto que cuando la autopercepción se encuentra distorsionada, el adolescente puede presentar no solo dificultades en el autoestima y sus relaciones interpersonales, sino que también manifiestan conductas agresivas, sentimientos de soledad, depresión e insatisfacción con su vida”, citó la profesional.
Además, también se pueden observar rasgos de ansiedad, inestabilidad emocional, problemas relacionados a la conducta alimentaria como bulimia, anorexia o vigorexia e inclusive dismorfia corporal.
CONOCERNOS MÁS
Dentro de la creación de ideas que las personas crean sobre sí mismos, para la licenciada en psicología clínica y terapeuta familiar, Evelyn Caniza, cada individuo debe ser consciente de sí mismo, de sus habilidades, talentos y limitaciones, tratando de mejorar personalmente en búsqueda de su mejor versión.
Lic. Evelyn Caniza
“Cuando lo que queremos vender de nosotros no está en concordancia con lo que nos hace feliz, se pueden registrar problemas de frustración, mucho estrés, lo cual podría mantenerse por un largo e indeterminado tiempo”, destacó la licenciada, agregando de ese modo que dichos problemas pueden terminar en un trastorno por las dificultades en torno a la autopercepción.
Por otra parte, la especialista hizo hincapié en que el uso generado en las redes sociales es el problema, no así las redes sociales como un concepto, teniendo en cuenta que las mismas se encuentran para conectarnos con los demás y facilitar la comunicación en la distancia.
Signos de alarma
(Según la Lic. Olga González)
– Los padres deben estar atentos a ciertas manifestaciones de los adolescentes en cuanto a sus verbalizaciones, su apariencia personal y la opinión que tienen de ellos mismos.
– El aislamiento, no querer compartir con sus pares.
– Otro extremo consiste en que para poder salir, los hijos necesiten siempre estar perfectos.
– La utilización frecuente de frases como “soy feo”, “no valgo para nada”, “todos son más simpáticos que yo”, etc., son señales de que el adolescente no está contento ni satisfecho con su autoconcepto.