Quimfa S.A. emitió un comunicado a modo de advertir a la población en general sobre la circulación de medicamentos falsificados para el tratamiento del COVID 19, instando a las personas a que compartan la información.
La batalla contra el COVID-19 tiene en la actualidad dos frentes: erradicar el virus y erradicar la desinformación alrededor del virus. Según la Organización Panamericana de la Salud (PAHO), las búsquedas en internet sobre información actualizada del coronavirus subieron del 50 por ciento al 70 por ciento en solo un mes (abril-mayo), y aunque esto parezca a primera vista una buena noticia, hay que tener en cuenta que no toda la información en internet es correcta o veraz.
El origen del virus, las causas, el tratamiento, el mecanismo de propagación y la cura son algunos de los temas más buscados desde que el virus se desató a finales del 2019. Por la rapidez con que la información falsa se puede difundir, hay una amenaza para la humanidad que está tomando relevancia: la de los medicamentos falsos para el coronavirus.
En Paraguay la falsificación de medicamentos fue rápida, solo con un objetivo, estafar a los ciudadanos que en medio de desesperación acceden a la compra de los fármacos a cualquier costo sin verificar si son reales o no. Durante la pandemia ha existido una alta demanda por tratamientos y medicamentos, pero hay personas que se han aprovechado de esto para suplir la demanda con medicinas falsificadas.
Ante esta situación Quimfa emitió el siguiente comunicado:
Se trata de ampollas de Midazolam, cuyas características pasamos a detallar, para identificar los productos verdaderos y diferenciarlos de los falsificados.
En primer lugar, la ampolla de Quimfa tiene el nombre de Sendacor con el sello de marca registrada, es decir, lleva el símbolo de la R encerrada en círculo. El producto falsificado no tiene dicho símbolo.
En segundo lugar, el principio activo que es el Midazolam, se escribe correctamente con la letra “M” al final. El falsificado se escribe con “N” al final.
En tercer lugar, los medicamentos de Quimfa llevan la inscripción “USO EXCLUSIVO IPS” en mayúsculas. El falsificado no tiene dicha inscripción.
En cuatro lugar, los medicamentos de Quimfa son estables y durante la manipulación para la administración al paciente no tienen un cambio de color, es decir, se mantienen incoloros. El falsificado, presenta un color blanco al momento de la manipulación para la administración al paciente.
Teniendo en cuenta estas características, solicitamos a la ciudadanía informar del hecho a Quimfa, contactando al número 021 289-4000 interno 418 y al
(0984) 842 016 -de lunes a viernes-, a través de las redes sociales @Quimfa SA o al correo farmacovigilancia@quimfa.com.py.
Instamos a los familiares y profesionales de la salud a tomar las precauciones correspondientes sobre estos medicamentos, ya que se desconoce el daño que puedan causar a los pacientes con COVID-19. El departamento jurídico de Quimfa ya se encuentra trabajando en las medidas legales a fin de evitar este tipo de prácticas dañinas para la salud de las personas.
¿Por qué falsificar una medicina?
La respuesta es simple, la ganancia es muy grande, el riesgo de detección es bajo, la persecución no es común y las penalidades son débiles. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el comercio de fármacos falsificados recoge más de 30.000 millones de dólares en países de ingresos medios y bajos. Un ejemplo de esto es la Operación Pangea XIII hecha por la Interpol en marzo de 2020, donde confiscaron 34.000 máscaras falsificadas y 4,4 millones de unidades de fármacos falsos, con un valor de alrededor de 14 millones de dólares. Adicionalmente, la Interpol encontró 2.000 páginas web que vendían productos que afirmaban podían curar el coronavirus.
¿Qué impacto tienen los medicamentos falsificados en los pacientes?
En el mejor de los casos un medicamento falso no tiene ninguna efectividad, en el peor de los casos puede lastimar e incluso matar a un paciente.