Desde enero del 2020 hasta la segunda semana de julio del mismo año, el Ministerio Público registró 18 casos de feminicidios en Paraguay para un total de 21 víctimas.
Otras cifras que alarman son las del Observatorio de la Mujer, donde los especialistas señalan que 33 menores de edad quedaron sin madres como consecuencia de estos actos desarmados y que hoy están siendo acogidos por familiares directos o tienen un seguimiento de las autoridades correspondientes, así también preocupa el trauma que esto les pudo ocasionar y la repercusión que puede tener a lo largo de su vida.
La psicóloga Gloria Petters refirió que cuando se habla de situaciones como estas van a existir esos efectos postraumáticos, depende de la edad en que el menor haya sido partícipe u observado el proceso previo al momento traumático, las secuelas pueden ser muy importantes.
“La secuela se traslada a momentos evolutivos posteriores, puede trasladar a conductas siguientes y repetir las mismas secuencias si es que no estuvo bien manejado el momento post traumático con un profesional o no tuvo una ayuda. Una conducta mal adaptativa se replica. Si hay maltrato de por medio observo y maltrato a mis padres, a las personas con las que convivo y es un círculo vicioso, entonces es importante que el niño que haya sufrido este episodio sea contenido y tenga un apoyo”, comentó la profesional.
Agregó que la personalidad del ser humano está conformada por diversos aspectos, el temperamento que es la esencia del ser, el tinte que le doy a la emocionalidad, por otro lado, el carácter que se va conformando por lo que absorbe del ambiente y se va modulando, y si hay un ambiente crispado desde muy pequeño se traslada hasta la adolescencia.
Resaltó que otra cuestión son los famosos “secretos de familias”, donde las integrantes saben que fue maltratada una persona o ese niño o adolescente, pero se mantiene en forma de silencio. Todos se callan y mantienen un sistema viciado, finalmente salen a la luz cuando tiene un desenlace fatal.
“Aprendo a callarme, soy víctima y después me convierto en victimario. Una persona que no está contenida emocionalmente, que fue maltratada y no tuvo recursos psicológicos para afrontar una situación así, la réplica, y la necesidad de una enseñanza de la inteligencia emocional es fundamental”, acotó Petters.
DESDE EL OBSERVATORIO
Raquel Iglesias, directora General del Observatorio de la Mujer, destacó el caso de 6 niños de una misma mamá y papá que quedaron huérfanos tras un caso de feminicidio. Las edades de los chicos rondan los 17,15, 12 y 3 años y vivían en extrema pobreza, todos dormían en una misma habitación, y ya las autoridades locales están viendo cómo ayudarles.
Relató que no es lo mismo ver los casos en un expediente que conocer las secuelas que van quedando y hablar con las hermanas de las víctimas que quedan en shock y sin fuerzas de siquiera levantarse de la cama, por lo que es importante la ayuda psicológica.
“Vamos a focalizar mejor y asegurar que los niños que quedan desamparados sean tratados. En uno de los casos la Consejería Municipal por los Derechos del Niño, Niña y Adolescente (Codeni) estaba dándoles asistencia, lo que falta es hacer la investigación y quedarnos tranquilos, llamarles a las víctimas y preguntarles si están teniendo atención. Es importante visibilizar esto y ayudarles para que salgan adelante”, concluyó Iglesias
ALGUNOS DATOS
Según la geolocalización por departamentos a nivel país, en Central se dieron 10 casos de feminicidio, en Alta Paraná 3, Caazapá 1, Guairá 2, Amambay 1, Concepción 1, Paraguarí 1, Itapúa 1 y Cordillera 1. Se destaca que la edad promedio de las víctimas es entre 2 a 57 años.
Específicamente, hay 2 víctimas de 0 a 13 años, 1 víctima de 14 a 17 años, 12 víctimas de 18 a 40 años y 6 víctimas de 41 a 60 años. Por otra parte, la edad promedio de los agresores es entre 20 a 68 años, 17 tienen de 20 a 40 años y 4 agresores tienen de 41 a 68 años.
En lo que respecta al parentesco con el agresor, 3 de los casos mencionados fueron el esposo, 5 fueron parejas sentimentales, 5 fueron exparejas, 2 casos fueron el cuñado, 1 caso el padre, 1 caso el yerno y 4 fueron otros.
Un total de 16 casos de feminicidio registrados este año tuvieron lugar en viviendas, mientras que 5 fueron en la vía pública. Finalmente, del total de agresores (18), 16 se encuentran imputados por el Ministerio Público, mientras que dos de ellos se suicidaron.
