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¿Qué busca y necesita la mayoría de nuestro pueblo?

Secretario General del Comité Central del Partido Comunista Paraguayo

La primera respuesta a esta pregunta es felicidad. Pero claro que la felicidad tiene varias definiciones y está construida culturalmente. De modo que para unas personas la felicidad tiene unos componentes con los cuales otras personas no coinciden.

Más allá de que estemos en cuarentena enfrentando una pandemia, siempre hemos coincidido en la necesidad de tener salud de calidad, todas y todos. También coincidimos en que exista igualdad de oportunidad para educarnos. Por supuesto que no tener hambre y estar bien nutridos es otra gran coincidencia. Así como la garantía de tener un trabajo para desarrollar nuestra vocación y poder vivir dignamente, forma parte de ese gran acuerdo que tenemos la mayoría del pueblo paraguayo. Y estas cuestiones materiales son partes integrantes esenciales de esa felicidad que buscamos y que luego se va construyendo de manera más diversa.

Lastimosamente, ninguna de las grandes coincidencias que acabo de citar se han materializado en nuestro país. Y es por eso que la angustia, la incertidumbre, la inseguridad sirven de abono para la desconfianza y alimentan nuestra falta de esperanza en un futuro mejor. Y entonces el sálvese quien pueda, el cada uno para sí se convierten en formas de vivir que, en vez de resolver la carencia de nuestros derechos, fortalecen la desigualdad de oportunidades y la competencia agresiva entre quienes buscan satisfacer sus necesidades.

El coronavirus vino a desnudar los rasgos más grotescos y perversos del Estado paraguayo, logrando alumbrar ese proceso histórico que, desde hace décadas secuestró la posibilidad de acceder a salud, educación, alimentación, trabajo, en igualdad de condiciones y sin importar el dinero del que dispongamos para conseguir esos derechos. E insisto en que son derechos, porque los derechos no se compran, se exigen porque nos corresponden, como parte del avance de la humanidad expresada, por lo general en las Constituciones Nacionales y en las demás leyes de los Estados modernos.
¿Por qué hago referencia a todo esto? Porque en estas semanas está cobrando cuerpo en la mayoría de nuestro pueblo, las luchas de millones de mujeres y hombres que, a lo largo de la historia del Paraguay, salieron a exigir estos y otros derechos buscando justicia social, y fueron criminalizados, perseguidos, encarcelados, exiliados, asesinados, desaparecidos. Existe una mayoría de nuestro pueblo que además de necesitar que se cumplan los derechos que le corresponde, lo está buscando y expresando con mayor fuerza. Fortalecer esa forma de organizarnos para que los reclamos y las propuestas puedan efectivizarse es parte de la gran tarea que tenemos.

También lo hago para reivindicar con gran orgullo, que la sociedad sin explotadores ni explotados, donde cada persona obtenga todo el resultado de su esfuerzo y esa justicia le permita fortalecer la solidaridad y el placer por el trabajo colectivo, es el eje del proyecto que venimos construyendo las y los comunistas.
Porque es una enorme mentira que nuestro pueblo no esté preparado para desarrollar un gobierno de las trabajadoras y los trabajadores. Es mentira que nuestro pueblo rechace la igualdad de oportunidades para desarrollarnos y vivir dignamente. Y, por todo esto, es mentira que nuestro pueblo rechace el comunismo. Lo que sí pasa es que las patronales dueñas de los medios de comunicación y directoras de la forma de producir y de relacionarnos, activan una serie de mentiras sobre el comunismo para evitar que las mayorías trabajadoras gobiernen nuestro país y el mundo ¡Y esta es la verdad!
Me tocó realizarle una entrevista al Dr. Guillermo Sequera en estos días, sobre la pandemia del COVID-19, en la que conversamos sobre las medidas para enfrentarla, sobre el sistema de salud pública, sobre la forma en que nos organizamos para trabajar y producir, en donde Sequera afirmó que no podemos volver a esa normalidad de funcionamiento. Y sobre esta entrevista, una abrumadora mayoría estuvo de acuerdo. Y ahí salieron unos cuantitos a operar desde sus cuentas y desde varias cuentas falsas, para “acusar” a Sequera de “comunista”, pidiendo inclusive su destitución ¿Con qué objetivo? Con el objetivo de operar desde un microclima para hacer creer que el pensamiento –minoritario- que expresan desde sus cuentas esta gente retrógrada, es la expresión del pulso social, que supuestamente ese anticomunismo es el sentir de la mayoría del pueblo paraguayo, para entonces concluir en que nuestro pueblo no quiere igualdad, no quiere un gobierno de las mayorías trabajadoras y entonces, claro, este supuesto pulso social nos llevaría a cuidar nomás nuestras propuestas, no llamar a las cosas por su nombre para no “asustar” a la gente que “no está preparada” para avanzar hacia las transformaciones profundas que necesitamos. Insisto: ¡Es mentira que sea así!
Por eso, vuelvo a levantar mi voz con total seguridad, diciendo que la mayoría de nuestro pueblo necesita y busca un país y un mundo justo, donde la capacidad de cada una y de cada uno esté garantizada para su realización. Y esto es posible con planificación y lucha organizada.

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Expertos en Historias urbanas.

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