Por Benjamín Fernández Bogado
Hay una expresión frecuente que dice que la primera víctima de una guerra es la verdad y pareciera confirmarse en el caso de Paraguay. El gobierno nos ha venido mintiendo con respecto a varias cuestiones. Una simple y elemental nos ha dicho que tenemos 200 camas de terapia intensiva. En este momento se encuentran ocupadas 61 de ellas y dicen que hemos alcanzado el 75%. Si ese es el porcentaje aplicado a 61 camas ocupadas, significa que en realidad no tenemos ni 80 camas disponibles para situaciones como estas y vinieron repitiendo una mentira de que teníamos 200.
No estamos hablando con la verdad. Además, cada cama de terapia intensiva que se obsequia desde ya Yacyretá o Itaipú necesita como mínimo seis personas dedicadas, entrenadas y preparadas para atender circunstancias de ese tipo. Segunda de nuestras grandes mentiras durante este tiempo.
La tercera gran mentira ha sido la cuestión de que faltaban recursos para enfrentar una contingencia en un sistema sanitario muy precario que ya venía así desde hacía bastante tiempo en las mismas condiciones. Finalmente se consiguieron los recursos y sólo se gastaron el 8%. Gran parte del mismo se hizo con compras fraudulentas. O sea, el cuadro completo del desastre y fundamentalmente el hecho de andar repitiendo de forma frecuente algo que no era verdad. La primera víctima de todo esto ha sido la credibilidad también del gobierno de parte de las autoridades. De tanto mentir, hoy ya no se les cree nada.
