En la vida tenemos personas de varias características que pueden ser nuestros hermanos,padres o compañeros de universidad, trabajo o cualquier grupo de personas que deben tener para ganar un espíritu de equipo y no particular. Funciona bien si nos deshacemos de comportamientos y actitudes nocivas para nosotros y el reto global de una familia, empresa o asociación cómo es la procrastinación. Es el hábito de posponer actividades o situaciones importantes por otras más irrelevantes o agradables. Lamentablemente es una característica muy humana y muy común entre nosotros. Ahora que se va enero muchas empezaron a decir y porqué no hice tal tarea.
Distracciones o actividades superfluas que no encaren lo imprescindible para sí mismos y el colectivo que integremos que necesita atención y cuidado con respecto a lo que busquemos alcanzar en la empresa que no podrá llegar o eso si existen procrastinadores en el grupo que pueden llegar a ser sancionados o suspendidos por no mostrar interés suficiente en sus deberes. Pero no es suficiente para cambiar hábitos.
Entender el problema
No son particulares y/o independientes sino la meta de cada grupo depende de lo que y cómo se haga lo encomendado a cumplir que ue no se apoyan sólo en la preparación o experiencia de la persona sino que debe dejar de lado todo aquello que no sirva para su trabajo y sea útil solo para ampliar su procrastinación. Con ello se daña no sólo a sí mismos sino a los propósitos que tenga la compañía que se inició no distrayéndose en tonterías sino diseñando metas para sus empleados, clientes o consumidores del producto o servicio, que pueden mejorar y llegar más lejos si los integrantes del equipo evitan distraerse y se enfocan en sus compromisos adecuadamente.
Es un problema humano que tiene que ser visto desde distintos ángulos para lograr el equilibrio entre el hacer cotidiano y los viejos fantasmas de siempre.