En este tiempo que vivimos, el asunto de la libertad en línea no deja indiferente a
nadie, convirtiéndose en un tema de debate cada vez más común en los ámbitos
laborales como familiares. El solo hecho de que cualquiera pueda voluntariamente
acceder a información que antes se encontraba exclusivamente en el monopolio de los
periodistas ha cambiado la forma en que vivimos, pero esa libertad de alguna forma ha
traído también una serie de retos y problemas que son necesarios discutir.
Por una parte, la libertad en línea logró fortalecer de cierta manera la libertad de
expresión, un derecho humano muy básico como relevante al mismo tiempo aquí en
occidente. En las redes sociales, blogs, foros e incluso en los chats de videojuegos,
los usuarios pueden compartir sus pensamientos y experiencias de forma autentica,
sin tanto temor a sufrir censura teniendo en cuenta que deberían ser conscientes de
las reglas y normas de esos sitios online.
Aun así, la libertad en línea presenta partes oscuras, una de ellas tiene que ver con el
anonimato y la falta de control en ciertas áreas en donde el acoso y la intimidación
como la difusión de desinformación, son moneda corriente. Hasta hoy día, los
denominados como “trolls” y los hackers siguen haciendo de las suyas, siendo
capaces de lograr la manipulación y control de la opinión ciudadana y en el peor de los
casos, incitar a la violencia como al odio.
No hay que olvidar también que incluso con toda esa aparente libertad que los
usuarios de internet cuentan, las empresas de tecnología como el estado y sus
gobiernos de turno pueden llegar a vulnerar la privacidad y seguridad si lo consideran
necesario. Es precisamente esa problemática la que lleva a muchos a preguntarse:
¿Existe realmente la libertad en línea sin censura o vigilancia? ¿No será esa libertad
una ilusión que nos hace creer que podemos expresarnos solo por acceder a
información sin límites?
Resulta evidente que la complejidad de las leyes en línea puede dificultar la protección
de nuestros datos, de nuestros derechos y seguridad en toda la red. Por un lado,
gracias a esa libertad se crean oportunidades para conectar con un grupo de iguales,
al mismo tiempo, expone a uno a la hostilidad y plantea desafíos en asuntos de
espionaje y privacidad. Es sumamente necesario abordar estos problemas de forma
seria para intentar crear un mundo en línea más seguro y con más libertad para
nosotros.

Licenciado en ciencias politicas (UNA), editor, comunicador, productor y editor de contenido creativo para medios de comunicacion e intereses particulares