martes, septiembre 30

Primavera es igual a renovación

La primavera es un símbolo universal de renovación. Aunque es una estación del año definida por el movimiento de la Tierra, su significado trasciende lo astronómico y ecológico, arraigándose profundamente en la cultura, la literatura y el pensamiento humano. 

Esta estación ha empezado el 21 de septiembre pasado existe en todo el mundo en distintos momentos y con diferentes condiciones climáticas, en teoría debe estar con nosotros hasta la llegada del verano en diciembre,que es un periodo en el que aquí habituamos a beber tereré en grupo, utilizar ropa más ligera y alimentarnos con “más cuidado”, o sin abusar de lo que sirva para tener calor y hacer frente al frío que ya empieza a hacerse realidad en el hemisferio norte de la tierra donde también existen latinos, africanos y quienes ahora empecemos a vivir cómo si ya estuviésemos en la intensa temporada soleada. 

Lapso en el que algunos descansan, otros de mucha energía trabajan, estudian o concentran su fuerza en tareas que la necesiten para desarrollarlas en orden. Ahora más que nunca cada sesenta minutos que tengamos son importantes tenerlos en cuenta no sólo para producir, estudiar o concentrar nuestras energías en pendientes que existan en nuestras vidas, porque los ciclos ahora no pasan, sino vuelan y terminan sin darnos cuenta. Ya no existe o no hacemos tiempo para estar juntos por unos minutos y hablar de temas particulares o lo que nos preocupe del país o la tierra. 

Este mismo planeta poblado por niños, adolescentes, jóvenes y adultos, que presentan talentos y habilidades específicas que deben ser identificadas por cualquier líder u organización que trabaje con ellos para el bien común en lo posible, desde cualquier campo, cómo el académico, laboral, vecinal, eclesial o donde se reunan personas para socializar y trabajar por y para otras personas virtual o realmente. 

Tiempo de renovación 

Esta estación debe servir para identificar lo que debe ser renovado y/o por y para quienes puede ser reconstruido, que es lo que no funciona bien en el estado, el hogar, la empresa o donde existan personas que deben estar cómodas y con las herramientas justas para lograr trabajar bien para alcanzar los objetivos marcados en primavera, verano, otoño o invierno que no son siempre perfectas o agradables para una comunidad de donde sea en el mundo. El mismo que se renueva con naturalidad siempre con la llegada de una nueva vida en la familia, el terminar e iniciar un periodo académico o laboral, por eso no es nada nuevo el reconstruirnos hacía o lo que sea para vivir cómodos entre quienes formamos parte de cualquier comunidad.

Toda restauración lleva su tiempo y trabajo, y en algunos casos una estación es corta para lograr materializar una renovación que sea útil para alguien o la comunidad de personas que se beneficien con la mutación de lo que sea, aunque el tiempo sea corto, este tiempo es conveniente para evaluar lo que estamos haciendo mal para nuestras vidas y la de otras personas y lo que podríamos hacer para ajustar o cambiar los hábitos, conductas y herramientas usados para hacer cualquier cosa para nuestros fines o los de los grupos que formemos parte. Eso finalmente es un fiel ejemplo de la misma naturaleza que no todo sigue igual, monótono o idéntico siempre lo que fuimos, vemos, escuchamos o sentimos. 

Si nos tomamos un tiempo para admirar nuestra naturaleza o nuestro aspecto físico, cómo sonamos y que reacción tenemos ante una novedad local, internacional, novedades en la familia o grupo de amigos, notaremos que algunas cosas han mutado o se han renovado dentro cómo fuera de nosotros, a veces sin darnos cuenta y hacemos algo o no para cubrir o no darle importancia a esas transiciones. Las mismas ocurren por y para algo así cómo crecen nuestras mascotas, los árboles, germinan nuestras flores o fecundan cualquier fruto. Esta es una oportunidad de renovar nuestra forma de ser o relacionarnos con nuestro entorno social para vivir en paz con nosotros, compañeros de trabajo, estudios, amigos, parientes o cualquier persona con la que estemos conectados.