El intendente de Encarnación, Luis Yd, y el director de la Séptima Región Sanitaria, el doctor José Carlos Acosta, llevaron a cabo una conferencia de prensa el pasado lunes en la que comunicaron la suspensión del carnaval encarnaceno.
“Hoy después de siete días, el doctor José Carlos nos informó que los casos aumentaron el doble. En Encarnación hoy hay 150 casos activos”, explicó Yd.
Tras este incremento de contagios de Covid-19 y para evitar una mayor dispersión del virus, decidieron suspender el evento que suele ser de gran convocatoria cada año.
Cabe resaltar que por segundo año consecutivo que no se hará dicho evento, que representa una tradición para la capital del departamento de Itapúa, a causa de la pandemia.
En noviembre pasado, el Ministerio de Salud aprobó su realización para el 2022 siguiendo las medidas sanitarias y hasta la municipalidad de la ciudad comunicó las posibles fechas de este año, se realizarían los dos últimos viernes y sábados de febrero.
El objetivo de la vuelta del evento era la creación de oportunidades para permitir a los pobladores locales recuperar y reactivar la actividad económica en la ciudad, ya que celebración moviliza muchos sectores empresariales además de turistas y visitantes.
El intendente afirmó que verían la posibilidad de realizar una actividad similar, pero con menos público y que se verá la forma de que para el próximo año el evento se realice en su totalidad.
La última vez que sambaron en la ciudad fue en el año 2020, de la mano de la Municipalidad de Encarnación y la Gobernación de Itapúa. Ese año participaron más de 35.000 personas, quienes durante cinco días se divirtieron con las comparsas, carrozas, murgas y grupos invitados.
HISTORIA DEL CARNAVAL
De acuerdo al sitio web del Gobierno municipal de la ciudad, la primera edición de los carnavales se realizó en el año 1916, fuertemente influenciada por las costumbres carnestolendas europeas. El primer desfile tuvo lugar frente al edificio de Aduanas, ubicado entonces en la actual calle céntrica Mariscal José Félix Estigarribia, en la zona de la entonces Villa Baja.
Relata que en sus primeras ediciones, estos carnavales tenían un formato de marcha y estaban integrados principalmente por hombres. Con el correr de los años, la celebración se desplazó a la Villa Alta y las mujeres comenzaron a integrarse a los desfiles.
Narra que eran denominados “corsos florales”, y durante tres días se celebraba con papel picado, serpentinas, máscaras y trajes coloridos. También podían verse lujosas carrozas estiradas por caballos enjabelgados para la ocasión.
Asimismo, la página expresa que luego de cambiar de sede en varias ocasiones, en el año 1994 se inauguró el primer sambódromo de la ciudad, ubicado en la Avenida Gaspar Rodríguez de Francia. Los corsos se convirtieron en uno de los principales atractivos turísticos de Encarnación, y en uno de los espectáculos carnestolendos más importantes de la región. Miles de turistas comenzaron a llegar cada año para disfrutar de los desfiles, la música y la belleza de trajes y carrozas.
Manifiesta que en el año 2012, finalmente se cumplió el sueño de tener un sambódromo exclusivo para la realización de los carnavales. Ubicado en el predio del Centro Cívico, sobre la avenida costanera República del Paraguay, es el tercero más grande del mundo, antecedido por el de Río de Janeiro y el de San Paulo, Brasil. Tiene 440 metros de longitud y 12,50 metros de ancho. Cuenta con zonas de graderías, palcos, camarotes y su capacidad de 11.000 personas se ve cubierta año a año en cada nueva edición de los corsos.
El paseo por la historia concluye en que actualmente, gracias a su espectacularidad y convocatoria, Encarnación es ampliamente reconocida como la Capital del Carnaval paraguayo.