Si formas parte de este grupo de personas, ¿cuántas veces pasaste por una situación casi similar, para luego sentirte culpable porque no podés celebrar con el mismo nivel de efusividad tu cumpleaños? Más allá de lo que tus percepciones puedan hacerte sentir, este tipo de posturas son más habituales de lo que aparentan y no tenés por qué pensar que algo está mal contigo solo por tus preferencias.
De hecho, de acuerdo a un material publicado por el medio Vice, la psicóloga clínica y psicoterapeuta italiana, Lucia Montesi, dice que no hay absolutamente nada de malo en no querer hacer un gran alboroto por tu cumpleaños. Señaló que las razones por las cuales alguien no disfruta celebrar su cumpleaños podrían deberse a rasgos de personalidad, otras a antecedentes personales, e incluso a presiones sociales.
Casos que justifican por qué no te gusta tu cumpleaños
(De acuerdo a la revista Vogue de México)
1. No disfrutás la atención
Esto no hace referencia a que no puedas disfrutar de una buena fiesta, el punto es que no te gusta ser el centro de ella y el cumpleaños generalmente se reduce a eso, pues es el único día del año en el cual todas las miradas estarán sobre ti, así que es normal que te incomode.
Te puede poner nervioso/a que tu celular suene todo el día, no apreciás los mensajes por compromiso y tanta felicitación te resulta abrumadora.
2. Nunca sabes qué hacer
La idea de planear alguna clase de festejo te provoca dolor de cabeza, ya que nunca resulta fácil determinar qué hacer para que tu cumpleaños sea especial. Tener la idea de que es un día en el cual estás obligada/o a “pasarla bien”, hace que haya demasiada presión al momento de la planificación.
Ser el cumpleañero plantea que decidas cómo pasar tu día y el resto debe de acceder, sin embargo, también quieres que todos disfruten contigo y al final terminás con nerviosismo e indecisión por no saber qué hacer, terminando cansándote de la fecha.
3. Odiás ser anfitrión
Terminas pensando que la mejor idea es organizar una fiesta, pero luego te percatás que la misma viene llena de gastos y estrés. Te pasas comprando cosas, contratando servicios e invitando gente, hasta que el día del evento, la mañana transcurre mientras corrés de un lado a lado terminando de ultimar los detalles.
Al día siguiente te das cuenta que todos, menos vos, disfrutaron tu fiesta y, para colmo, gastaste más de lo que debías, aparte de tener un desastre que limpiar.
Al final, pareciese que la fiesta se lleva a cabo para los invitados, antes que para el cumpleañero en sí.
4. No te parece un día especial
Aunque intentas descifrar la ciencia detrás de festejar un cumpleaños, no logras entender por qué tanta efusividad en torno a una fecha normal, como tantas otras, pues te parece un día más, sin nada que lo haga particular o especial.
En realidad, solo pasa que vas creciendo cada vez más con el paso del tiempo, pero no te resulta un gran motivo para festejarlo.
Esto no necesariamente significa que te disguste tu cumpleaños o que seas una persona amargada, sino que en realidad te causa una gran indiferencia la fecha en sí.
5. Es difícil cumplir con las expectativas
Muchas personas no tienen expectativas realistas sobre su cumpleaños, pues casi siempre esperan que sea el mejor día de sus vidas y nunca termina siendo así, acumulando así una especie de resentimiento hacia el día porque al pasar mal, afecta más porque ocurre en el día de tu cumpleaños.
Esto no hace referencia a que debas dejar de soñar o idealizar ciertas cosas, sino que te mantengas dentro del escenario de lo posible, pues ningún plan está asegurado del todo.
En vez de esperar un viaje sorpresa o un regalo sobrecargado, aprendé a disfrutar los pequeños detalles que te sacarán más de una sonrisa a lo largo del día.