La historia reconoce la existencia real de Pilato, gobernador romano de Judea nombrado por el Emperador Tiberio entre los años 26 a 36. Si Judas es el arquetipo de la traición, Pilato, según los Evangelios, es el hombre que autorizó la ejecución de Jesús de Nazaret. Con el tiempo se llegó a santificar al político, que se lavó las manos, desentendiéndose de la muerte de un hombre en quien no halló falta. Insólito santo, que bien podría ser uno de los mortales del Siglo XXI.
Lo cierto es que muy frecuentemente esta historia se repite en todo el mundo y por supuesto Paraguay no está ausente. A cada momento nos encontramos con hechos que no brillan por su transparencia, sin responsables a identificar y una justicia que vive mirando hacia arriba o al costado. Los culpables, claro está, muy pocas veces caen de los cielos y nuestros jueces tienen la costumbre de lavarse las manos, mucho antes del COVID- 19.
Pasan los días, la pasarela de oro, no termina de instalarse, pero su repercusión ha sido tan, pero tan intensa que debe contar ya con varios arrepentidos, doblando rodillas, haciendo guerra espiritual, por el castigo casi divino que les está generando tremendo adefesio, ubicado en el lugar menos apropiado y cuando nadie lo pidió.
En la conferencia de prensa del titular del MOPC para explicar lo inexplicable, deslindó responsabilidades e hizo una “transferencia inmediata a la Dirección General de Contrataciones Públicas y la Secretaría Técnica de Planificación”. Al día siguiente, el titular de la DGCP, Pablo Seitz, señaló “que fue el MOPC el que se encargó de todo el proceso de licitación de la pasarela del ñanduti.” Otra que quiso salir inmediatamente del asunto, sin importarle las luces led de esta elaborada y controvertida telaraña, fue la Ministra de la STP, Viviana Casco: “el monto destinado para una obra se determina en la licitación y de acuerdo a los recursos que posee la institución ejecutora.”
A esta altura, ni usted amable lector, ni este cronista, sabemos dónde está realmente el origen de la pasarela de la cultura, el ñanduti y todos los adornos con los que se intentó hacer la obra del año. Terminó siendo otro rompedero de cabeza del Presidente, que no tiene descanso ni calma, ya que semanalmente pareciera que se turnan para darle este tipo de alegrías.
El 31 de mayo del 2020, la empresa Engineering S.A. hizo el lanzamiento en el Parque Ñu Guasu de la famosa pasarela con una maqueta a todo color y detalladas informaciones. Es curioso que nadie del MOPC haya reparado en su aspecto ni en su presupuesto. Desde ese momento el MOPC amplió el monto de la adjudicación en dos oportunidades, el 30 de septiembre por G.1.004.437.796 y el 28 de diciembre por G. 679.487.814. Totalizando la suma de G. 14.121.425.604, según aparece en la página de Contrataciones Públicas. En términos manejables, 2 millones de dólares: casi el 18 % del presupuesto anual del Ministerio de la Niñez y la Adolescencia.
Como si faltaran interrogantes, el Ministro, en la misma oportunidad de aclarar, oscureció el panorama cuando dijo desconocer la presencia, durante el proceso licitatorio, de Jorge López Moreira, hermano de la primera dama Silvana López Moreira. Desconozco, dijo Wiens, lavándose las manos una vez más. Hay que preguntarle a él. Para el caso, Jorgito, amigo íntimo del titular de Engineering S.A. ya no estaba allí para responder el apuro del Ministro. Los periodistas presentes insistían en la declaración del sincero Director de Obras, arquitecto José Kronawetter, que en ese momento guardaba piadoso silencio, ya fuera del MOPC como el responsable de esta cadena de lavados sin pandemia. Pero era tarde. Días antes, con total transparencia, había dicho que Jorgito no estaba perdido en la esquina de Oliva y Alberdi, sino haciendo lobby por la empresa de su amigo. Como si faltaran piedras en este camino de desaciertos y contradicciones, Fabián Domínguez, director financiero de Itaipú, explicó que la firma Engineering S.A. era una de las cincuenta empresas que fueron sancionadas e imposibilitadas de participar en ninguna licitación por 60 meses, que se cumplen en el 2022.
El Ministro, que a esta altura ya no sabía si aumentar el diezmo o las ofrendas, para lograr alguna señal de gracia, remitía su credibilidad al mismísimo Papa, quien ya tiene bastante con las cuentas del Banco Ambrosiano y otros detalles financieros del propio Vaticano.
La gente quiere saber ¿por qué puede costar tanto una pasarela? La pregunta fue directa y sin anestesia. La respuesta, triste y trivial: “sacamos el cálculo de la revista Costos, la biblia de los ingenieros” dijo Wiens, echando mano, una vez más al más allá.
Cuando esta nota vea la luz, tal vez se haya producido un milagro más, en la ajetreada cadena de oraciones del Presidente. Seguramente muchos de los involucrados apuestan a la remanida frase: “errar es humano, perdonar es divino”.
Poncio Pilatos es paraguayo
