No lo decimos por las mentes privilegiadas ni corazones valientes que habitan este país, sino por algunas reacciones que se han dado en las redes sociales a nivel mundial: no entendemos las críticas a Shakira por su última canción, “claramente” dedicada al futbolista y ex pareja.
Principalmente hemos leído dos cuestionamientos a la cantante: no haber pagado, supuestamente, todos los impuestos debidos a Hacienda y, en relación a la canción, el haber dado mal ejemplo a los hijos haciendo públicos sus rifirrafes sentimentales con su ex pareja Gerard Piqué. Respecto al primer punto, hay que decir que el reciente caso de Jorge Lorenzo, expiloto y campeón del mundo de motociclismo, ha evidenciado las malas e infames prácticas habituales de las autoridades recaudatorias españolas.
Respecto al asunto de la famosa canción, no entendemos sobre todo que las críticas a Shakira vengan de las mujeres -algunas feministas, algo aún más difícil de comprender- porque históricamente no se ha creado ningún problema ni escándalo cuando eran los hombres quienes cantaban y expresaban sus desamores, dolores e incluso rabias no digeridas. En cambio, ¿si lo hace Shakira está mal? ¿Por qué en unos casos sí se puede utilizar la música sin reparos para denunciar hechos emocionalmente tristes y en otros casos no?.
También llama la atención que algunas críticas a Shakira se produzcan ahora, y no cuando ella hizo lo mismo en el pasado con otros fracasos sentimentales, como ocurrió con las canciones “Antología” o “Si te vas”.
Desde tiempos muy antiguos, los artistas han aprovechado su arte para denunciar hechos o manifestar críticas que consideraban necesario realizar. El alma del artista es sagrada, salvo para los espíritus abusivos, dominantes y tiránicos. Los artistas tienen el don y el derecho a expresar lo que piensan y sienten, para bien de las sociedades acomodadas, perezosas y poco pensantes, que claudican y se arrodillan fácilmente a ante lo políticamente correcto.
La polémica suscitada con la canción de Shakira dedicada a Piqué confirma, por otra parte, otra de las grandes verdades científicas de los últimos 75 años (que por supuesto la OMS no se atreve a difundir para no afectar a los intereses de sus generosos mecenas): la gente está llena de tóxicos en su cuerpo y esta toxicidad daña gravemente la capacidad de los humanos para razonar de manera inteligente. Una prueba irrefutable de esto es que hay gente que no se escandaliza con el contenido de algunas canciones de reggaeton, pero ha osado, sin ni siquiera sonrojarse, vilipendiar a Shakira.
No siempre los errores son por ignorancia, envidias o malas intenciones: muchas veces son por una toxicidad que bloquea el uso de la mente para discernir lo correcto, el bien. Quien pueda entender que entienda.