viernes, mayo 3, 2024
21.4 C
Asunción

Planes fracasados

Si deseamos afianzar, desarrollar y hacer prevalecer una idea no siempre o nunca depende del tamaño de nuestra caja o cantidad de socios que apuesten en nuestros proyectos. Ellos deben tener una fuerte conexión con nuestro tiempo, espacio, realidad, demanda y capacidad del público al que queremos llegar. Debe tener la facultad económica, intelectual y física para poder hacer uso de lo ofrecido por cualquier empresa, gobierno o grupo de personas que trabajen para y por otras.

Ahora nos toca testimoniar la caída de un proyecto que una vez anheló llevar y traer gente al espacio llamado Hyperloop de Elon Musk. Es un tipo de viaje que atrajo las miradas de todo el mundo tras un escrito del sudafricano publicado en 2013 sobre su funcionamiento, aunque sus orígenes se remontan a la mitad del siglo XX. Se basa en tubos, similares a oleoductos.

La compañía se fundó en 2014 y recaudó alrededor de 450 millones de dólares en fondos de capital de riesgo y otras inversiones. Su nombre original era Hyperloop Technologies, aunque ha cambiado de nombre varias veces, ya que pasó a llamarse Hyperloop One en 2016, después Virgin Hyperloop One, y durante la pandemia de 2020 eliminó el “Virgin”, quedando como ahora. En dicha época dejó en segundo plano los viajes de personas, enfocándose en el transporte de cargas. Por los riesgos que suponía para la vida y salud de los viajeros.

Proyecto de viajes en crisis

Ellos  pueden tener la idea de poder ir de paseo al espacio cómo una alternativa ya cerrada y oficialmente bloqueada. La misma abre la posibilidad de continuar en nuestros países, ciudades o continentes para continuar conociendo y conociéndonos más sin la necesidad de ir más allá de lo que puedan cubrir nuestras finanzas, resistir nuestra capacidad física o que pueda servirnos verdaderamente para algo útil el dejar nuestro planeta.

Hyperloop One está vendiendo sus activos, cerrando sus oficinas y despidiendo a sus empleados. Se trata de una compañía que planeaba construir kilométricos conductos a lo largo del mundo, en los que tanto personas como cargas viajarían a velocidades supersónicas.

Ahora luego de este momento que le toca vivir a Musk está por verse que otra novedad puede salir de la mente de un hombre con dinero, ideas y planes extravagantes que deben ajustarse a la competencia, facultad y aptitud del mercado al que apunte.  De momento una de sus ideas ha fracasado. 

Más del autor