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Placeres de la infidelidad permitida

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La monotonía no solo es presentada como la principal enemiga de muchas relaciones amorosas, sino también como la causante del término de una pasión desenfrenada. Ante la inminente búsqueda de muchas personas para no dejarse llevar por esta significativa dificultad, se presenta una práctica sexual que va marcando tendencia cada vez con mayor fuerza: el cuckolding.

Básicamente, dicha actividad proporciona una luz verde a la infidelidad dentro de la pareja, pues ambas establecen un mutuo acuerdo para tener relaciones sexuales con terceros, sin que eso afecte el establecimiento de la relación.

De acuerdo a “Santa Mandanga”, página de contenido relacionado a la sexualidad y la exploración de placer, creada por los comunicadores españoles Noemí Casquet y Roberto Garcés, el cuckolding es una práctica fetichista en donde la pareja contará dentro de su relación las experiencias sexuales vividas con otras personas; otra manera de experimentar la actividad es si una de las partes queda como espectadora durante el encuentro coital de su pareja con alguien más.

“La infidelidad es uno de los motivos más frecuentes para poner fin a una relación. Sin embargo, en la actualidad existe un nuevo fetichismo que busca este tipo de engaño con el objetivo de obtener placer y reavivar la llama de la pasión en la pareja”, destacó en su posteo la página mencionada.

Así también, se menciona que dicha práctica puede considerarse como un estilo de vida alternativo, pues algunas parejas incorporan el cuckolding como un juego de rol de fantasía o realidad. También es conocido en muchas ocasiones como el “fetichismo intelectual”, por su aplicación en círculos meticulosos, bien trabajados, planeados y establecidos con mucho cuidado a la hora de consensuarlo.

Roberto Garcés

CARACTERÍSTICAS
Los especialistas Casquet y Garcés determinaron que quienes practican el cuckolding se excitan sexualmente por la fantasía o la realidad misma de saber que su pareja mantiene relaciones sexuales con alguien más, generalmente parecido a su alter ego.

Igualmente, dicha actividad se establece como una manera de “recuperar” las ganas en una relación, pues aparentemente el cuckolding trabaja sobre la excitación perdida de una pareja, brindando mayores deseos e imaginaciones al momento de disfrutar nuevamente entre ambos, luego de haber imaginado al compañero/a en diferentes situaciones sexuales con un tercero.

Cuando la emoción sexual termina, pareciese que la misma solo se puede recuperar a través de prácticas no convencionales para inyectar la pasión desplazada de manera paulatina, lo cual termina siendo el objetivo principal de la práctica mencionada.

A TENER EN CUENTA
La estrategia no trae consigo tanta novedad, pero los expertos aseguran que se está poniendo en práctica con una mayor constancia a lo largo del tiempo. En contrapartida, no se puede dejar de hablar de algunos riesgos con respecto a la actividad mencionada.
El principal factor riesgoso es que una de las partes de la pareja llegue a conectarse con una tercera persona, se deje llevar y se enamore.

Otro hipotético escenario corresponde a la imposibilidad de soportar los relatos de las experiencias de una de las parejas; todos estos puntos deben ser valorados antes de llevar el cuckolding a la práctica y para ello tiene que estar totalmente libre de prejuicios.

Teniendo en cuenta un material publicado por el medio argentino Infobae, para el Dr. Walter Ghedin, psiquiatra y sexólogo, toda experiencia del cuckolding subvierte y cuestiona la monogamia, pero además desafía al vínculo estable a ser respetuosos del acuerdo para no caer en la transgresión de un acto infiel.

“Es necesario entonces poner en claro que ser protagonistas del cuckolding tiene como objetivo conseguir niveles altos de excitación con otras personas, pero para nada deben aparecer celos, reproches ni ningún otro reclamo”, sentenció el profesional.

En todo caso, si la práctica trae más problemas que beneficios la pareja tendrá que decidir cómo avanzar o terminar con el cuckolding. Y vos, ¿te animás a cuestionarte hasta dónde pueden llegar tus límites en pareja a través de esta actividad?

CUCKOLDING Y VOYEURISMO
– El voyeurismo forma parte de la lista de trastornos mentales, mientras que el cuckolding es una práctica entre parejas llevada a cabo de forma consensuada.
– El voyeurismo se caracteriza por el placer de observar, muchas veces a escondidas, a personas desnudas o que están realizando alguna actividad sexual.
– El cuckolding se practica en pareja y con un acuerdo previo entre las personas involucradas dentro de la actividad.
– En el voyeurismo no se habla de la aprobación de la persona observada.