Comentario 3×3
Por Benjamín Fernández Bogado
La democracia que se sostiene sobre la base de los disparates y que trata de distraernos de manera permanente en ese circo llamado el Congreso y también en otras áreas administrativas, parece tener cada vez más oponentes en las redes sociales. Aparecen varios que tienen varios seguidores, a veces más grandes que los propios partidos.
Hay algunos que tienen más de 650.000 seguidores en las redes sociales que, si hiciéramos el cálculo, solo con el 10% de ellos ganarían una banca de senadores y otra de diputados.
Claro que alguno me dirá, pero no tiene el aparato, ni tampoco controlan el Tribunal Electoral, que es donde se cocinan muchas de las candidaturas que surgen de esta manera, pero la reflexión más grande que tendrían que hacer nuestros políticos y partidos políticos es por qué surgen estos niveles de intermediación en áreas en las que ellos tenían el monopolio durante mucho tiempo.
¿Será que nuestros payasos políticos ya ni distraen ni hacen reír y, al contrario, hacen llorar y generan miseria? Es esa la razón por la que estamos viendo la irrupción de personajes mediáticos surgidos a través de Internet, que comienzan a intervenir desde ayudas a los bomberos hasta diferentes cuestiones que anteriormente eran gerenciadas por los políticos en el Congreso y en el Ejecutivo.
Les están surgiendo competidores a los políticos tradicionales. No necesariamente significa que sean mejores, pero lo que no parece admitir más la sociedad es que los mismos payasos de siempre continúen por muchos años sin favorecer para nada el desarrollo, ni la prosperidad de la gente.
Con esta pobreza que va a generarse después de la post pandemia, vamos a ver todavía circunstancias en donde gente de este tipo venga del ánimo de castigar el viejo sistema a instaurar otro que puede ser bastante difícil de sacarnos de encima.
