Los chaqueños le pidieron un canal de agua a cielo abierto. ¿Ya se puso a trabajar en el proyecto?
“Desde hace ocho meses, los pobladores del Chaco paraguayo enfrentan una dura realidad: portones cerrados, canillas vacías y reservorios de agua secos. El tan esperado acueducto Agua para el Chaco, una obra destinada a proporcionar una red funcional de distribución del vital líquido, ha presentado graves problemas técnicos en su Fase 1, con alrededor de 100 km de cañerías rotas debido a la propia presión del agua”. (RDN, 21-07-23)
¿Será posible que sean, Estado y Gobierno, tan incorregiblemente inútiles? Sí, es posible. Queda demostrado en el párrafo anterior en que los colegas del Chaco hacen una magistral síntesis de cómo acabó un proyecto iniciado hace 56 años con la apertura de la primera carpeta de una obra en la que se dilapidaron más de 130 millones de dólares.
Portones cerrados, canillas vacías, reservorios secos. No nos queda otra opción que agregar al calificativo de inútiles el de corruptos, porque resulta evidente que varias camadas de funcionarios y políticos se han quedado con gran parte de esa montaña de dólares. Y una vez consumado el robo, se largaron con los bolsillos llenos dejando desparramado por las planicies chaqueñas un mamarracho descosido e inútil.
Es imposible imaginar una burla más sangrienta a las esperanzas de los chaqueños que prometerles agua abundante y permanente y dejarlos luego sin nada luego de “intentar”, durante años, hacer funcionar un mamotreto sólo útil para juntar oxido y polvo, además de servir de refugio a la pequeña y abundante fauna local.
Hartos de esperar en vano, los productores chaqueños alzaron su voz el sábado 19 en Expo Rodeo Trebol y pidieron la construcción de un canal a cielo abierto desde el río Paraguay hasta Mariscal Estigarribia, un trazado a mano alzada de unos 210 kilómetros. A menor escala, los arroceros chaqueños ya lo están haciendo. No muy lejos en Argentina, Salta y Santiago del Estero comparten las aguas que lleva el denominado Canal de Dios, 300 kilómetros de acequias entre canal troncal y ramales de irrigación. Funciona… ¡hace casi 50 años! Ahora están hormigonando su trazado.
No nos molestaremos en mostrar cómo lo hacían los antiguos incas, cuyas admirables estructuras de manejo en piedra aún subsisten luego de siglos de deterioro y saqueos. Es demasiado vergozoso comprobar que civilizaciones cercanas dominaban el riego hace 1.000 años mientras nosotros lo malogramos todo por torpes, incapaces pero, esencialmente, corrompidos hasta la médula en la función pública.
El Presidente Peña volvió del Chaco con un mandato. Fue, vio y pareció convencerse de que hace falta obrar con urgencia. Es de esperar que este lunes 21, un equipo de trabajo esté esperándolo a las 07.00 en Mburuvichá Roga para empezar a trabajar en el canal que le pidieron los menonitas.
Y esa gente tiene una paciencia limitada. Ya esperaron demasiado el acueducto mientras siguen esperando que la energía eléctrica llegue con potencia, volumen, calidad y estabilidad.
Sr. Presidente, con todo respeto, manos a la obra.
