lunes, diciembre 1

Paul Feyerabend: Vale todo en el conocimiento/Felix Martin Gimenez Barrios

A muchos les resultaría difícil creer que existió un hombre que, en pocas palabras, dio
a entender que aprender sobre física, química y matemáticas, era casi lo mismo que
estudiar acerca del tarot, el vudú o la descartada de las ciencias; la alquimia. Ocurre
que ese sujeto si camino por la tierra y fue un respetado filósofo de la ciencia educado
en prestigiosas universidades como la de Viena y Harvard.

Paul Karl Feyerabend, nacido un 13 de enero de 1924.Era un físico que, gracias a su
maestro Karl Popper, se pasó a la filosofía de la ciencia. Fundador del Anarquismo
epistemológico, corriente que afirma que no hay un límite definido entre lo que es
ciencia y lo que no es considerado como una ciencia, señalando que no únicamente la
ciencia ha ayudado al progreso de la civilización.

Feyerabend fue un crítico del racionalismo, cuestiono la idea de que la ciencia hace
una búsqueda objetiva de la verdad del conocimiento, cuando muchas veces ha
ha estado influenciada por factores culturales, sociales y políticos. Usa de ejemplo a las
distintas ideologías políticas que van desde el liberalismo hasta la autocracia, y
plantea a la ciencia como una más de esas formas de pensamiento.

En 1975 publica su primer libro titulado Tratado contra el método, donde defiende que
no existe un método científico universal capaz de ser aplicado en cualquier disciplina o
situación. Argumentando que los científicos utilizan una cantidad de métodos y formas
para resolver problemas y hallar respuestas, además de que muy a menudo se ven
obligados a guiarse por la intuición y creatividad artística para encontrar nuevas ideas
y soluciones.

Sus seguidores lo amaban por su humildad, originalidad, humor e intelecto, otros lo
despreciaron a tal punto de catalogarlo como “el peor enemigo de la ciencia”. Cuando
en realidad, Feyerabend nunca buscó destruir o desacreditar a la ciencia sino a la
afirmación dogmática de se trata de la verdad absoluta e inmutable.
Le preocupaba la idea de que los científicos se convirtiesen en una suerte de neo
inquisidores como lo hicieron los líderes religiosos al tener el monopolio de la
información en los siglos oscuros. De acuerdo con Feyerabend, todo vale en el
conocimiento ya que no todo depende exclusivamente su correspondencia con la
realidad objetiva, sino también de su servicio y eficacia en la práctica.