Entre las cuestiones centrales de esta etapa pos-pandémica figura la cuestión sanitaria.
Lo que hemos dejado de hacer durante todo este tiempo en términos de infraestructura cuando tuvimos los recursos para realizar una gran transformación del sistema sanitario en su conjunto.
Volvemos a lo mismo que nos habíamos quejado siempre, la falta de insumos, de personal médico, de infraestructuras hospitalarias adecuadas, todo eso tendría que haber sido resuelto en los dos años que estuvimos en pandemia y donde hubo abundancia de recursos, todo el país se encontraba dispuesto a hacer lo que sea para mejorar drásticamente lo que había estado abandonado durante mucho tiempo, y lo continúa.
No tenemos capacidad planificadora, por un lado de visión hacia el futuro, por el otro, y de compromiso para con la gente.
La ciudadanía es la que debe exigir y demandar tener mejores condiciones de vida; no a la manera en que los políticos nos han venido acostumbrando en democracia, diciendo sencillamente aquello que está mal, pero pudiendo ellos transformar y cambiar no han hecho absolutamente nada.
Necesitamos legisladores y Ejecutivo comprometidos con una sociedad cada vez más enferma, fundamentalmente ahora, de desilusión democrática.