Se aprobó en el Senado una Ley que pretende multar a quienes no voten en las elecciones, está aún debe pasar a la Cámara de Diputados y luego al Ejecutivo para su promulgación o veto.
De seguir adelante, los que no voten en las próximas elecciones tendrán una multa que de no ser cubierta el ciudadano no podrá renovar su cédula de identidad, pasaporte, certificado de antecedentes policiales y algunos procesos en la Secretaría de Tributación.
En principio, la multa es de G. 44.000, incluso inferior a lo que decía la ley anterior que nunca se aplicó. El debate con respecto al derecho y obligación está sobre la mesa, pero también es una oportunidad que se suma al de las listas desbloqueadas.
Si el ciudadano tiene la obligación de ir a votar, a mayor participación se acrecienta la posibilidad que los partidos tradicionales se vean obligados a sufrir malos resultados en las urnas, ya que los votos de base, de estructura, posiblemente no estarían haciendo la diferencia al escrutinio final.
Se calcula que 4 de cada 10 paraguayos no vota, y si bien la no participación debería ser un mensaje para la clase política, está nunca acusa recibo, ni cuando los votos en blanco terminan superando a los votos de listas más pequeñas, formando incluso una tercera vía.
La Constitución Nacional dice que el voto no solo es un derecho, sino que también es una obligación. Es por eso que la discusión tiene que ir por el lado de una participación motivada por beneficios y no por castigos, y lastimosamente la idea de la democracia es tan intangible para los que no acceden a los servicios básicos, para quienes ven en la administración del Estado a un enemigo que les deja sin posibilidades de salud y educación de calidad, donde el ciudadano está huérfano a su suerte.
Esta es la cosecha de años sin trabajar sobre políticas públicas que respondan a la lucha contra la pobreza y a la incapacidad de generar escenarios en los que el ciudadano pueda desarrollar todas sus habilidades, y en una sociedad donde la democracia pierde espacio van ganando de forma cíclica las figuras autoritarias que venden la fantasía de imponer un bienestar que como ya podemos observar a lo largo de la historia nuevamente termina en fracaso y retroceso.
Esta Ley presenta algunas lagunas y pone en riesgo la posibilidad para quienes incluso una multa ínfima significa la movilidad y el alimento de un día ¿Cómo se administrará el caso de los indígenas, ancianos, y personas enfermas? El panorama es complejo, y al mismo tiempo está lleno de posibilidades, puede ser una oportunidad para que
