Nadie le está pidiendo al ministro de Educación que “salve lo salvable” del año escolar 2020. Fue un año desastroso y es legítimo achacar la culpa a la pandemia que partió por la mitad la vida de todo el planeta y desarregló a las sociedades mejor organizadas y con mayor capacidad de previsión de escenarios. Una porción de estudiantes habrá logrado algunos avances a través del aula virtual y otra habrá quedado por el camino, con consecuencias fáciles de imaginar.
De lo que se trata ahora es cómo abordar el año escolar 2021. El elemento central sobre el que ha estado pivotando toda proyección de actividades es la aparición de la vacuna anti COVID19. Incluso se ha llegado a decir, desde ciertos sectores sindicales, que “si no hay vacuna no hay clases”, lo cual contradice toda la praxis que está imperando en gran parte del mundo, con una vuelta al aula dosificada, sujeta a estrictos protocolos y con expectativas de rendimiento ajustadas a la progresión de ese retorno.
¿Qué estamos pensando por aquí? Damos por sentado que el 2020 está perdido desde el punto de vista académico. ¿En su totalidad, o habrá segmentos recuperables?
Las previsiones más arriesgadas dicen que la vacuna no estará lista y operable en el país sino a mediados del año que viene, aunque los más pesimistas creen que no lo estará sino para diciembre del 21 o enero del 22. ¿Cómo actuaremos hasta entonces, cual es el Plan B para la falta de vacuna, seguir con las aulas vacías?
Volvemos a preguntar: ¿Hay un gabinete técnico de crisis que esté evaluando la experiencia de las clases virtuales como para sacar conclusiones y afinar el instrumento? Si existe, sería bueno que empezaran a socializar sus observaciones para que la comunidad educativa se empape del tema y haga sus aportes.
La mayoría de los países parece haber asumido que la pérdida de otro año escolar no es aceptable. Cada uno ha ensayado la vuelta al aula de diferentes maneras. Y han recogido velas cuando las papas empezaron a quemar, prueba y error como único camino para abordar los efectos de una epidemia sin precedentes.
Queda muy poco tiempo como para encerrarse tras una cortina de suposiciones y comentarios insustanciales. Falta información reveladora y proyecciones para un 2021 que ya se nos tira encima.
El mutis por el foro no sirve, Sr. Ministro.