Lago Itaipú, supercarretera para toda clase de comercio ilegal
Los titulares castigan a diario desde medios tanto paraguayos como brasileños. “Lago Itaipú, nido de contrabandistas entre Paraguay y Brasil”, “Incautan dos millones de cajetillas de cigarrillos en el lago Itaipú”, “Armada paraguaya incauta cocaína, marihuana y cigarrillos en el lago”, “Lago Itaipú, el paraíso de los contrabandistas entre Brasil y Paraguay”, este último, titular en un diario mexicano.
Esto ocurre todos los días, al calor de las capturas de cargamentos de todo tipo de productos acarreados en ambos sentidos del límite arcifinio paraguayo-brasileño. Obturar este tráfico es casi imposible. Es una extensión de agua de 170 kilómetros de longitud, un ancho máximo de 12 kilómetros y una superficie total de 1.550 kilómetros cuadrados en épocas de pleno llenado. Son centenares de kilómetros de riberas con franjas boscosas llenas de meandros y riachos que se internan en ambos territorios y admiten la instalación de embarcaderos a través de los cuales se cargan y descargan mercancías variopintas: marihuana, cocaína, armas, cigarrillos, combustibles, fertilizantes, electrónica, cubiertas, semillas y todo tipo de bienes comercializables en forma totalmente ilegal.
El abordaje de embarcaciones es muy poco frecuente. El tráfico se hace de noche, el trasbordo es silencioso y los vehículos se internan muy pronto en los inmensos sojales que rodean el lago. Por eso las autoridades brasileñas anticontrabando prefieren tender emboscadas en cruces estratégicos. En ellas caen caravanas completas de contrabando procedente del Paraguay. A los cigarrillos que inundan el mercado brasileño se suma ahora un bien que se ha encarecido notablemente: los fertilizantes. Un abono nitrogenado que en 2021 costaba US$ 430 la tonelada se cotizaba en marzo de este año en casi US$ 1.100. Aunque son partidas limitadas, la enorme demanda que genera Brasil con sus 125 millones de toneladas de soja cosechadas en 2022 pone la vara muy alta en su demanda para la próxima campaña 2023.
Esta realidad del gran lago de Itaipú opaca, en alguna medida, el récord de la segunda mayor central hidroeléctrica del mundo, que ha sido una verdadera vaca lechera para el Paraguay desde los inicios de su construcción. Pero también lo es para los grandes zares del contrabando y su red protectora de uniformados.
De este lado del lago y del otro también.
