El negocio es una actividad económica que busca obtener beneficios a través de la venta o intercambio de productos o servicios que satisfagan la demanda de clientes. Y lo bizarro puede ser entendido cómo lo que sea raro, extravagante o fuera de lo común.
¿Cómo titulan estas palabras este escrito?. Porque una película que todavía no llegó a nuestro país llamada “Anora” hecha el año pasado y se trata de una una joven trabajadora sexual de Brooklyn, tiene la oportunidad de protagonizar una historia de Cenicienta cuando conoce y se casa impulsivamente con el hijo de un oligarca.
Y nos podría hacer ver el amor cómo un negocio. Algo que nos lleva a evaluar las fuerzas que mueven el mundo para construir o destruir cosas; el amor y el odio. Cuando uno quiere a algo o alguien en particular, es capaz de cualquier cosa por ella o él. Muchas veces creemos que por dar muchas cosas a una persona, tenemos la seguridad que siga con nosotros, más con el tiempo nos damos cuenta que lo que vale en cualquier relación es el trato, respeto, cariño y comunicación frecuente, real en lo posible para hacer duradero el noviazgo, matrimonio o cualquier relación que se haya formado por la admiración y amor recíproco entre quienes sean parte de la relación.
Hace poco fui testigo de algo muy difícil de lograr; mis padres cumplieron 40 años de matrimonio, no se trata de cualquier tiempo, cuatro décadas dormir, despertar, desayunar y tener un día juntos es un lapso de vida que a cualquiera hoy día puede sorprender a cualquiera que o se divorcia, o no logra un noviazgo que sobrepase los 365 días.
Porque o hay problemas con materializar el concepto del compromiso o tenemos miedo a algo así fracase en nuestras vidas que aunque no estemos relacionados con alguien o algo en particular estamos comprometidos con nosotros mismos, nuestra salud, finanzas y con quienes o donde vivamos que demandan atención, orden, aseo, respeto y en lo posible mejorar las condiciones del espacio donde descansemos, nos bañemos o comamos. No sólo para nuestra comodidad sino para quienes nos acompañen bajo el techo y entre las paredes que tenemos la oportunidad de vivir.
Vivir para amar
Cuando muchos no tienen ni una infraestructura donde descansar, dormir, comer, higienizarse o guardar sus pertenencias, desde su vestimenta, calzados, herramientas de comunicación, estudio o trabajo hasta los alimentos o lo que requiera seguridad para que sigan útiles, en orden y sirvan por un buen tiempo sin tener que consumir innecesariamente, algo que a veces hacemos por vanidad, vanagloria, soberbia, arrogancia o presunción. Y aunque momentáneamente sea agradable, en algún momento terminará la fascinación y alegría por ese algo que demostramos tener en cualquier evento social al que asistamos.
“Anora” , fue ampliamente considerada como la antítesis de Mujer Bonita por revolucionar la fantasía del hombre rico que se enamora de una trabajadora sexual y la saca de la pobreza. Para quienes recuerdan las novelas de ayer, existía una mexicana llamada “María la del barrio”, interpretada por la cantante y actriz mexicana Thalia. Una historia donde la joven humilde María Hernández que, tras la muerte de su madrina, es acogida en una familia adinerada, los De la Vega, para trabajar como sirvienta. Allí se enamora de Luis Fernando, el malcriado hijo menor de la familia, que por el amor que sentía hacía María, la saca de la condición de pobreza y juntos hacen posible vivir y experimentar la magia del amor. Eso que puede construir y sostener cuando uno ama a alguien, tarea o cosa en particular que deben servir para alcanzar o proyectar otras cosas en su vida o en la de la comunidad de seres vivos que les preocupen

Licenciado en ciencias politicas (UNA), editor, comunicador, productor y editor de contenido creativo para medios de comunicacion o intereses particulares
