Durante los dos primeros meses de la cuarentena, marzo y abril, existía una mejor percepción de seguridad debido a la cantidad de policías apostados en las calles. Sin embargo, con el aumento de las fases y la eliminación de las restricciones, estos ya no tuvieron motivos para seguir haciendo ese tipo de servicios.
Hoy por hoy, luego de ser implementada la cuarentena social, varios sectores sociales piden nuevamente ver a los policías como en un principio, sin embargo, la realidad para los uniformados es otra.
Euclides Acevedo, ministro del Interior, señaló que es imposible poder brindar una mayor percepción de seguridad a la ciudadanía. Esto, debido a las múltiples falencias que sufre el sector uniformado.
El secretario de Estado indicó primeramente a los pocos oficiales que existen debido a los casi 4000 oficiales que resguardan a autoridades públicas. Así también hay otros que vigilan que personas no escapen de los albergues, o están los que vigilan a los reos de las comisarías, o los que participan en el traslado de internos o los que van a eventos deportivos.
“La policía puede redoblar esfuerzos, pero sin esa gente, la presencia no será suficiente”, explicó esto durante una entrevista para la 1200 AM.
CORRUPCIÓN O MUERTE
Acevedo profundiza estas falencias y no se detiene solo en la cantidad de uniformados sino también en toda la infraestructura y logística. Relató que en Pilar, donde hubo el lamentable episodio de la muerte de una mujer por denunciar el tráfico de combustible, no cuentan con las patrullas necesarias para hacer controles efectivos.
“Tenemos la promesa de la binacional Yacyretá que nos regalarán varias patrullas. Sin embargo, desde el 28 de abril, estamos pidiendo compensaciones por exposición al peligro que no se nos dan aún”, señaló.
El secretario de Estado cita otra vez que la Policía Nacional no puede hacer mucho sin el acompañamiento del Ministerio Público. Y este ente, al igual que la primera, tiene también múltiples falencias.
“Uno de los fiscales que fue al Pilar para investigar el tráfico de combustible, a los pocos días recibió ofertas de sobornos. Como no aceptó, recibió amenazas de muerte. Por eso, a la primera semana, unos de los fiscales ya pidió dejar el caso. No tienen la seguridad para trabajar de buena manera”, cuestionó.
SEGURIDAD JURÍDICA
A la limitación en cuanto a números de oficiales, armamentos y patrulleras, también se suma la falta de seguridad jurídica de los uniformados. Esto lo señala Alfonso Paredes, sub jefe de la Comisaría séptima central. El mismo tuvo que enfrentar a cuatro delincuentes en noviembre del año pasado, abatiendo a uno de ellos. Por esto, hasta la fecha sigue pesando un juicio en su contra.
“Las leyes deberían estar más a favor de los policías. Esto es una limitante importante, nadie quiere exponer su carrera, su trabajo y su libertad”, explicó.
AMARILLA
José María Amarilla, CPP. Especialista en inteligencia, señaló por su parte que la inseguridad no solo afecta a fiscales sino también a los comisarios que son reubicados. Muchos de ellos piden su traslado como el fiscal ya citado o se acomodan y aceptan los sobornos.
“O te adaptas, moris o te vas. Son tres opciones los que tienen fiscales o comisarios. O no ves nada, o te involucras como cómplice o te enfrentas a la delincuencia”, lamentó.
