Desde el año pasado, el Estado arrastra con una deuda con los hospitales y sanatorios privados, y en medio de una eventual ola por el avance de la variante Delta en el país, urge acceder a recursos que permitan reequipar los centros y continuar la batalla.
Primeramente, y de acuerdo a las declaraciones del Dr. Raúl Doria, vicepresidente de la Asociación Paraguaya de Sanatorios y Hospitales Privados (APSHP), es importante mencionar que más de 10.000 pacientes fueron atendidos, entre el sector público y privado, durante la pandemia. De los cuales, 5.717 fueron los auxiliados exclusivamente por los sanatorios privados, que se dividieron en 2.072 atendidos en UTI y 3.645 en salas comunes.
En todo este difícil tiempo no rechazaron ningún paciente del sector público y se dispuso de todos los equipos de alta tecnología para socorrer a cada compatriota, pero ese gran esfuerzo trajo consecuencias. Al crecer la necesidad, también creció de manera exponencial la deuda del Estado para con ellos (ya asciende a US$ 43 millones).
Los recursos propios de los asociados se fueron acabando, lo que en muchos casos significó asumir deudas con proveedores y médicos. En el sector privado también se trabajó en «modo de guerra», se equipó cada rincón para recibir a los pacientes y brindarles oxígeno y medicación de urgencia.
EN CONTEXTO
Con el decreto N° 4010, firmado el 3 de septiembre, se llevó a cabo un convenio entre el sector público y el privado, que contaba con fondos del Ministerio.
Posteriormente, se reglamentaron las leyes 6725 y 6742, la primera con un tope de US$ 30 millones para cubrir gastos de terapia intensiva y la segunda para extender la cobertura. Sin embargo, sin cubrir la primera deuda, ya se sumaron las otras dos, prometidas a ser saldadas con el excedente del fondo de la Ley de Emergencia, cuando no había sobrado nada. Consecutivamente, se habló de los fondos socioambientales de las dos binacionales, donde afirmaron no poseer el capital.
Entonces, actualmente solo se trabaja con las reasignaciones del Ministerio de Hacienda, pagando de fondos del Fonacide por vía del Estado, lo que genera una completa ralentización del proceso de pago y una dependencia absoluta del efectivo disponible.
MEJORES GARANTÍAS
El Dr. Doria dijo que debido a la deuda pendiente, los sanatorios privados dejaron de pagar insumos y proveedores, pues ya no contaban con el suficiente respaldo financiero para hacer frente a sus necesidades institucionales.
Por otro lado, manifestó que hasta el momento sólo cuentan con respuestas vagas. “En ningún momento van a decir que no tienen dinero para cubrir lo que nos deben. Los únicos pagos recibidos hasta el momento son del convenio llevado a cabo, del cual aún falta un 30% por cubrir, sumándose a esta deuda el 100% del déficit de las dos leyes mencionadas”, indicó el vocero.
“No podremos encarar los estragos de una nueva ola sin los recursos necesarios porque, si bien contamos con los equipos suficientes, endeudarnos nuevamente para comprar más insumos y más medicamentos, sin garantías del Estado para cubrir estos factores, implica una responsabilidad que no podemos asumir”, adelantó el Dr. Doria.
En este sentido acotó la importancia de fortalecer las salas comunes para la llegada de una tercera ola, que se prevé a fin de año, pues las variantes generan más contagiosidad, provocando una mayor utilización de la internación general, antes que la terapia intensiva.
