Algo más de dos semanas después de la mortífera ofensiva militar israelí luego de ataques no menos violentos de Hamas en el norte de Israel, los muertos en la Franja de Gaza pasaron la cifra de 5.000, según datos oficiales, mientras continuaba hoy en el enclave la entrada muy lenta de ayuda humanitaria.
Esta madrugada, luego de que se permitiera la entrada de otro pequeño envío de ayuda humanitaria a Gaza, aviones de combate israelíes atacaron objetivos en todo el asediado territorio palestino gobernado por Hamas.
Desde la sangrienta incursión del movimiento palestino Hamas a Israel, el 7 de octubre, que dejó a unos 1.400 muertos y tomó a 222 rehenes entre israelíes y extranjeros, según informaron fuentes israelíes, el Estado hebreo respondió con toda su fuerza sobre Gaza, pero también Cisjordania, Líbano y Siria.
De los 5.087 palestinos muertos a manos de Israel, 2.055 son niños y 1.119 mujeres, indicó en un comunicado el Ministerio de Salud de Hamas.
Además, otras 15.273 personas resultaron heridas en los incesantes bombardeos del Ejército israelí.
En su plan de «aniquilar» a Hamas, Israel intensificó ayer sus bombardeos en la Franja de Gaza.
Sin embargo, la presencia de estos rehenes en este enclave superpoblado, plagado de trampas y túneles, podría dificultar la operación.
Anoche, tras golpear «más de 320 objetivos militares» pertenecientes a Hamas y al grupo aliado Yihad Islámica, ambos calificados como organizaciones terroristas por Estados Unidos, la Unión Europea (UE) e Israel, el Ejército israelí dijo haber hallado «túneles, decenas de centros de mando operativos, complejos militares y puestos de observación», informó la agencia de noticias AFP.
Al menos 70 palestinos murieron en estos ataques que duraron hasta esta mañana, según el Gobierno de Hamas.
La Franja de Gaza, controlada desde 2007 por Hamas, vive desde el 9 de octubre un «asedio total» por parte de Israel, que cortó los suministros de agua, comida, electricidad y combustible.
El día 15 Israel pidió a los civiles del norte de la Franja de Gaza, en cuya frontera están situados decenas de miles de soldados israelíes, que se desplazaran hacia el sur para refugiarse de los bombardeos.
Los ataques siguen golpeando el sur cercano a la frontera egipcia, donde cientos de miles de desplazados buscaron refugio.
Según la ONU, al menos 1,4 millones de palestinos fueron desplazados desde que inició el conflicto y la situación humanitaria es «catastrófica».
Recién el sábado empezó a llegar a cuentagotas la ayuda humanitaria a la Franja de Gaza, donde viven hacinados 2,4 millones de palestinos.
El fin de semana llegaron las dos primeras caravanas de camiones, algunos con combustible vital para los generadores de electricidad de hospitales, y un tercer convoy entró hoy en Gaza desde Egipto.
Según la ONU, la cantidad es insuficiente y harían falta al menos 100 camiones diarios para atender las necesidades de todos los habitantes.
Israel había anunciado que no impediría la entrada de «comida, agua y medicamentos para la población civil» de la Franja de Gaza.
No obstante, «no creo que debamos estar obligados a proporcionar alimentos al enemigo que dispara cohetes contra nuestros civiles», declaró ayer en ABC Australia Jonathan Conricus, vocero del Ejército israelí.
El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, exigió hoy más ayuda y «más rápida de suministros básicos para que se restablezca el suministro de agua y electricidad» así como una «pausa humanitaria» para permitir su distribución.
Borrell afirmó que los camiones con suministros que pudieron entrar en Gaza desde Egipto son «insuficientes» y dijo que se necesita sobre todo combustible para producir electricidad y agua potable.
El jefe de la diplomacia informó que los ministros abordarán los llamados del secretario general de la ONU de un «alto el fuego humanitario» y que esta cuestión estará sobre la mesa en la cumbre de dirigentes de la UE del jueves.
Los ministros de Exteriores de la UE iniciaron hoy una reunión en Luxemburgo para unificar posiciones sobre los llamados a un cese de hostilidades entre Israel y Hamas.
El presidente estadounidense, Joe Biden, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, acordaron ayer durante una conversación telefónica que habría un «flujo continuo» de ayuda a Gaza.
Sin embargo, la semana pasada EEUU vetó en el Consejo de Seguridad de la ONU una resolución sobre un posible alto al fuego.
Para el ministro de Exteriores de República Checa, Jan Lipavsky, y el canciller italiano, Antonio Tajaniel, el cese de hostilidades será difícil mientras Hamas continúe disparando cohetes contra territorio israelí.
Por su parte, el ministro español de Exterior, José Manuel Álbares, dijo que «solo hay una solución para una paz definitiva (…), y esa solución es la de dos Estados, la materialización por fin de un Estado palestino».
La comunidad internacional teme que la guerra entre Israel y Hamas escale y se desborde a otros países de Medio Oriente.
Las hostilidades también se multiplican en la frontera entre Israel y Líbano, con recurrentes cruces de disparos entre el Ejército israelí y el Hezbollah pro-iraní, aliado de Hamas. Los residentes de uno y otro lado de la frontera fueron evacuados.
Netanyahu advirtió a Hezbollah que cometería «el error de su vida» si decide entrar en guerra con Israel.
En Cisjordania, otro territorio palestino ocupado, 95 personas murieron desde el 7 de octubre por ataques israelíes, según el ministerio palestino de Salud.
Frente al riesgo de conflicto regional, Joe Biden habló por teléfono con los dirigentes de Canadá, Alemania, Italia, Reino Unido y Francia, y con el papa Francisco.
Fuente: Télam