El mes de septiembre de 1968 marcó un antes y después en la historia de quienes disfrutan de un excelente helado en la ciudad de Encarnación. Se trata de la fecha del nacimiento de la Heladería Mihara, un emprendimiento familiar que con sus deliciosos helados ganó la fidelidad de todas las personas que llegaban hasta ellos.
En 1986, uno de los hijos, Makos Mihara, decidió continuar solo y de esa independencia nació la Heladería Mako’s. Cinco años después, su esposa, Zulma Beatriz Castillo, se une a este gran sueño y con mucho empeño comenzó a generar nuevas ideas para el negocio.
“Unos 30 años atrás los fríos eran muy prolongados, duraban 3 o 4 meses de invierno intenso y teníamos que cerrar la heladería porque nadie tomaba helado. Eso me llevó a pensar qué podía agregar al negocio. Un día nos surgió la idea de adicionar una cafetería y comenzamos a capacitarnos y asesorarnos. Me metí de lleno a la cocina, me hice repostera, pasaba 12 horas encerrada en la cocina aprendiendo y ya no paré nunca”, comentó Zulma.
La emprendedora contó que comenzaban a llegar las damas a la hora del té, se reunían para celebrar un cumpleaños y también surgían los encuentros de amigos, por lo que se vieron impulsados a abrir un salón de eventos.
Hoy es un magnífico recinto pensado y construido específicamente para la realización de reuniones de toda índole, celebración de aniversarios, baby showers, entre otros. El sitio se encuentra equipado con todo lo que se requiere para que los acontecimientos tengan su brillo propio.
“Mi pasión siempre fue todo lo que es al horno y comencé a hacer masas de hojaldre, ya tenemos 14 variedades de empanadas. Nosotros pensamos en las 4 estaciones del año, en todos los horarios importantes el cliente tiene que encontrar algo para servirse en Mako’s. Siempre hemos priorizado la solicitud de ellos, eso tiene mucho valor para nosotros, y nunca tomamos mal las críticas porque nos ayudan a crecer”, dijo Zulma.
Los helados nunca perdieron su valor, continuaron siendo los favoritos de los más exigentes paladares y actualmente sus maestros heladeros viajan para conocer nuevos sabores, técnicas y elaborar el más delicioso helado artesanal.
“Valoramos y apreciamos la fidelidad de los clientes. En agosto arrancamos de nuevo con los eventos con todo el protocolo, poco a poco en grupos fuimos adecuándonos y aceptando todas las medidas que se nos impuso. De todo corazón les invitamos a que pasen a probar nuestros productos frescos en todas sus variedades, hechos en el día, ninguno de nuestros helados está estacionado”.
Los sabores más demandados son chocolate, granizado, dulce de leche, frutilla y vainilla, siendo estos los más tradicionales y los primeros en el mercado. En cuanto a lo que respecta a la confitería, cabe señalar que sus medialunas se destacan por su exquisito sabor, al igual que sus empanadas. Todo es hecho artesanalmente, lo que en términos de empleabilidad beneficia a su vez a unas 24 familias directamente.
“El secreto es amar lo que haces, esta es mi vida, mi pasión. Selecciono colaboradores que puedan impartir ese carisma, esa amabilidad, que sea espontáneo y natural, les pongo a prueba constantemente. Nuestra gente sabe que el cliente no debe salir disconforme. Mako’s es un punto de encuentro muy ameno con opciones varias para celebrar los momentos importantes en la vida”, acotó la propietaria.
Zulma mencionó que muchas veces se le acercaban las personas para recibir sugerencias de hoteles cercanos, querían hospedarse en la zona y no alejarse de Mako’s. De ahí nace la idea de un hotel con el mismo nombre, un lugar que próximamente abrirá sus puertas y se unirá a la variada oferta de servicios de la familia.
“Llegamos a cerrar 21 días por la pandemia, luego salió la opción de hacer delivery a puertas cerradas, empezamos a trabajar todos de chofer y entregar los pedidos, después salimos a las calles, junto a cada auto que paraba había un funcionario que recepcionaba sus pedidos. Ya con la apertura de las fases marcamos bien los dos metros, seguimos todo protocolo sanitario en la puerta. No fue fácil enfrentarnos, era algo nuevo, tuvimos que reinventarnos constantemente”.
Zulma confía en que a sus tres hijos están preparados para continuar haciendo historia, empezaron desde abajo, lavando cubiertos, ordenando, limpiando, saben estar en lo mucho y lo poco, y ese mismo sentir es lo que le anima a seguir invirtiendo y aportando para que esto continúe y no quede en el camino.