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Marruecos confirma el estado de depresión que vive España

Es menester felicitar a Marruecos, por haber logrado eliminar a la todopoderosa España y pasar a cuartos en el Mundial de Qatar, gracias a un derroche de estrategia, entrega, sacrificio, fuerza de voluntad y trabajo en equipo.

El partido, que quedó 0 a 0 al término del tiempo reglamentario, y que se decidió en la tanda de penales (3-0), fue una contienda muy igualada y emocionante donde unos artistas del balón se enfrentaron a unos verdaderos guerreros: con excepciones, prima donnas vs gladiadores. La selección de los mil pases se estrelló contra un muro y se despidió de Qatar dando una lamentable imagen ante el portento atlético marroquí.

El deporte es un fenómeno sociológico que deja importantes aprendizajes, más allá del terreno de juego. La triste derrota española revela una crisis profunda como país, que no era ni es lo que fue en otra época. Todo el partido fue un recital de impotencia, y sus estrellas fueron incapaces de asaltar el castillo que había construido con mucho acierto el seleccionador Walid Regragui, un hecho especialmente frustrante porque España ya había sido advertida por Japón de este problema. Pero el seleccionador español -falto de humildad y sobrado de chulería- no supo encontrar la tecla para ganar o al menos dejar una buena imagen.

Las palabras de Luis Enrique en la víspera de este partido crucial –donde afirma que le daba igual el resultado, que lo que le importaba era ser fiel a una idea de juego- le condenan porque ni ganó ni jugó bien, además de cometer errores importantes en los cambios, abandonar al equipo en la tanda de penaltis y caer en un ejercicio de nepotismo con Ferrán de difícil justificación por su juego.

Esta dura noticia para los españoles viene un día después de que se sepa que España ha rozado el récord histórico de recaudación en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), una noticia que se vuelve dramática para muchas familias en plena crisis económica, sobre todo cuando va acompañada de mayor gasto para el estado-administración pública vía deuda, cuando el gobierno aumenta las barreras a la generación de riqueza y disminuyen los beneficios de la clase trabajadora, que aprovechan para justificar un mayor endeudamiento. Este permanente saqueo al trabajador español parece una película de ciencia ficción, pero no: es la España socialista. Mejor futuro le espera, de lejos, a Marruecos y a su vecina Portugal. No sólo en Qatar.

Pablo Álamo Hernández
Pablo Álamo Hernández
PhD en Economía y Empresa. Profesor internacional de la Universidad Sergio Arboleda y de la Univeridad de Columbia del Paraguay

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