Una llamada de atención es una advertencia, formal o informal, utilizada para señalar un error, una falta, un comportamiento inadecuado o para captar el interés de una persona, son habituales en la infancia, adolescencia o en cualquier tiempo de nuestra vida cuando hacemos algo mal o lo hacemos de forma equivocada. Son escuchadas, atendidas o tomadas en cuenta cuando lo hacen personas con autoridad, tiempo de vida o conocimiento adecuado en campos específicos.
El economista José Carlos Rodríguez en una investigación para el Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (CADEP) hizo una llamada de atención importante al gobierno de Santiago Peña en Paraguay que resalta que “Peña y su equipo no entienden lo que el pueblo necesita”. El estudio concluyó que; “El país crece, sí. Pero crece menos que en la década pasada”. El economista Rodrigo Ibarrola, también del Cadep, remarca que el malestar social en torno al empleo no es solo una percepción. Medidos en guaraníes constantes de 2015, todos los trabajadores —excepto los funcionarios públicos— ganan hoy menos que hace diez años.
Y esta realidad no es suficiente para saldar cuentas básicas cómo la vivienda, transporte, cómo hacer frente al consumo a veces descontrolado de una generación que hemos crecido y vivimos bombardeados de publicidad de lo que sea donde y cuando podamos usar nuestros sentidos, y si no ponemos un filtro a lo que nos ofrezcan y lo que usemos para adquirirlo, corremos el riesgo de quebrar y afectar nuestras finanzas. Debemos tener en cuenta además que entre 2015 y marzo de 2025, la inflación acumulada fue del 50%, mientras que el salario promedio aumentó apenas por debajo del 40%.
Más preocupante aún, los alimentos subieron un 83% y el transporte un 44%, rubros que pesan fuertemente en el consumo de los hogares de ingresos bajos y medios. Ahora existe menos poder adquisitivo, más frustración. El economista Rodrigo Ibarrola, también de la CADEP, remarca que el malestar social en torno al empleo no es solo una percepción.
La gente vive peor
Medidos en guaraníes constantes desde el 2015, todos los trabajadores —excepto funcionarios públicos— ganan hoy menos que hace diez años. “La pérdida de poder adquisitivo es mucho más profunda en la vida cotidiana de la mayoría de los trabajadores”, señala Ibarrola. Este contexto, sumado a la alta informalidad, no solo afecta a las personas, sino también a toda la economía: los salarios son una de las principales fuentes de demanda. Su estancamiento restringe el consumo privado. El gobierno está trabajando en ajustar el cálculo de precios de la canasta básica, para reflejar de manera más precisa la realidad social del paraguayo promedio.
En contraste con los avances económicos, lo que más creció fue el crimen organizado. En 2021, Paraguay ocupaba el cuarto lugar en el ranking regional. En 2023, subió al tercero. Por eso Rodriguez ironiza que “En cosas malas, hemos tenido una gran mejoría”, hoy somos líderes mundiales en contrabando, lavado y tráfico ilegal, que no es liderar en nada bueno y no nos debe motivar a celebrar nada, sino sobre todo autocriticarnos y cambiar de rubro de producción. El 90% de los ciudadanos cree que el país está gobernado para beneficiar a grupos de poder, no al pueblo. “El mandatario se debe a su pueblo, no a su padrino ni a su patrón”, subraya Rodríguez.
Este es solo un aviso que debe ser tenido en cuenta por quienes administren importantes secretarías del estado, gobiernen una ciudad, departamento o el mismo país o participen en la administración pública para cumplir bien la etimología de la palabra economía que en griego es la de administrar una casa; oikos; casa, neimen; administrar. Que toca hacer a todo gobierno de turno, y forma parte de uno de los puntos a tener en cuenta para calificar su desempeño en el periodo que le haya tocado gobernar a quien sea.

Licenciado en ciencias politicas (UNA), editor, comunicador, productor y editor de contenido creativo para medios de comunicacion e intereses particulares