sábado, noviembre 15

Los abuelos y sus sellos

El abuelo es el padre o la madre de uno de los padres de una persona. La importancia de los abuelos radica en su rol como figuras de apoyo, transmisión de valores, y enriquecimiento emocional y cultural para sus nietos y toda la familia por sus experiencias y tiempos de vida. Según la psicología los abuelos que dejan huella en sus nietos tienen cualidades específicas. Hay algo profundamente conmovedor en la relación entre abuelos y nietos. un vínculo que no tiene las tensiones cotidianas de la crianza ni las exigencias propias del día a día.  Es por sobre todo un espacio de ternura desacomplejada, de relatos del pasado y juegos en el presente, donde la conexión se construye sin prisas pero con una fuerza silenciosa que en silencio deja marca en la mente y forma de ser de los nietos si los abuelos tienen la intención de acercarse a los mismos sin miedo, resentimientos o cualquier sentimiento que sea incómodo para entablar una relación humana. 

A diferencia de los padres, los abuelos tienen la posibilidad de detenerse, de mirar sin tanta prisa, de escuchar, comunicar y enseñar de otra manera. este es un nuevo momento para ser  hijos,  padres, tíos y abuelos, implica dejar de lado cualquier artilugio o responsabilidad de las múltiples que tenemos. Hoy día nos imponemos para tener tiempos de diálogos, interacción e integración entre los miembros de la familia que forma el auténtico y más sólido grupo de amigos porque siempre tiene tiempo para escuchar y responder dudas personales de primos,  hermanos,padres tíos, cuñados, sobrinos, hijos, nietos y quien sea parte de la familia biológica.  los abuelos que dejan huella no lo hacen con fuegos artificiales, sino con constancia, escucha y presencia.. 

Un rol activo

Los abuelos que forjan vínculos indestructibles son, ante todo,constantes. están ahí, no solo en cumpleaños o festivales escolares, sino en los martes cualquiera. su presencia transmite seguridad. no necesitan grandes planes: a veces, basta con compartir uvas en silencio en un vehículo o lugar en particular. esa regularidad se convierte en un refugio para cualquiera en la familia.

El abuelo sabe escuchar. aunque el nieto repita por quinta vez cómo funciona un videojuego o qué ocurrió en el recreo, no interrumpen. no corrigen. dejan espacio. porque saben que lo importante no es el contenido, sino el gesto de atención. y eso, para un niño, lo es todo. también cuentan historias, no para dar lecciones, sino para compartir parte de su mundo. hablan de cómo se escribía a máquina o se revelaban fotos. Lo hacen muchas veces  con humor, sin nostalgia impostada. y los nietos no solo se ríen: también entienden que esa persona que les hace tortas también tuvo una vida antes de ser “la abuela”. 

El abuelo no debe ser catalogado cómo amargado, ácido o argel aunque a veces disfrute estar aislado de la familia en un rincón de paz donde pueda pensar lejos de ruido, barullo y distracciones de cualquier tipo. Muchas veces es lo que necesita cualquier persona de edad y cómo familia lo debemos entender y dejar que lo tengan en paz para que logren tener buenas ideas que luego quizá quieran compartir con cualquier miembro del mejor grupo de amigos que es la familia.

Los abuelos tienen una forma única de consolar. sin juicios, sin soluciones forzadas. sólo están. cuando una nieta se raspa la rodilla, no sacan el botiquín: ofrecen un abrazo. saben que ese gesto es más que cualquier remedio, dejan una huella emocional. Si están dispuestos a hacerlo en la mente de los nietos y cualquier miembro de la familia.