Sé muy bien que ustedes entenderán que la libertad cultural es un pilar sagrado para
toda sociedad que se considere democrática, pues permite a las personas expresar
sus creencias y tradiciones sin riesgo de represalias. Sin embargo, en este mundo
globalizado, esta libertad enfrenta retos constantes, algunos estados nacionales
imponen ideologías únicas, mientras que la mezcla comercial amenaza las
expresiones de algunas minorías.
Entonces, defender la libertad cultural es un acto de resistencia contra la opresión y la
pérdida de identidad. No obstante, esta libertad no debe convertirse en una excusa
que justifique prácticas que al final no diferencien a uno de los opresores. El hecho de
que una cultura sea cerrada de manera extrema al mundo exterior, puede llevarla a
tolerar la segregación o la desigualdad en nombre de la tradición. No debería de haber
aislamiento o temor a cambios, sino diálogo y apertura.
Cuando una cultura se impone sobre otra, el hecho pasa a ser una forma completa de
dominación. El caso más grande en la historia es, por ejemplo, cómo las culturas
europeas se instalaron y desplazaron a la de los pueblos originarios durante el
colonialismo en el continente americano. Hoy día, en América Latina, cuya lucha por la
libertad cultural de los pueblos indígenas ha sido feroz, celebran festivales que buscan
su espacio en medio del dominio de industrias culturales extranjeras.
Sin embargo, aún falta mucho por hacer puesto que muchas comunidades, siguen
viendo sus tradiciones marginadas o caricaturizadas. La tecnología actual podría ser
una herramienta para casos así, democratizando la creación y difusión de expresiones
culturales. Sin duda, las plataformas digitales como las redes sociales permiten que
voces antes silenciadas, puedan llegar a audiencias a nivel global. Claro que existen
riesgos, los algoritmos pueden invisibilizar a quienes no se ajusten a las tendencias
dominantes.
En definitiva, la libertad cultural debe ser un pilar de la convivencia democrática y del
respeto entre los pueblos. Implica conservar lo ancestral pero también no temer a
abrazar lo nuevo. Reconocerla es reconocer la riqueza de la experiencia humana.
Defenderla es aportar por un mundo justo y equilibrado, en donde todos contamos con
un futuro compartido desde el respeto mutuo.

Licenciado en ciencias politicas (UNA), editor, comunicador, productor y editor de contenido creativo para medios de comunicacion e intereses particulares