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Las cicatrices del pasado

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Por Benjamín Fernández Bogado – Enviado Especial 

Desde South Carolina (EEUU)

La guerra civil que dividió profundamente a los EEUU y sobre la que el presidente de la época Abraham Lincoln había afirmado que pasarían generaciones enteras hasta que las cicatrices terminarán por cerrar, todavía hoy luego de más de 170 años es posible percibir en la llamada «madriguera de la rebelión » por el singular General William Sherman.

Carolina del Sur es un buen ejemplo de la división que existe en este país y que Donald Trump se encargó de profundizarla aún más. Este es un Estado republicano donde creen que la decadencia americana tiene que ver con el poder de las corporaciones como Google, Facebook o Apple. Conversando con ellos afirman que aunque haya sido derrotado por Biden, Trump tocó el problema de fondo de este país que no se reduce a visiones ideológicas entre republicanos y demócratas sino entre los globalistas y progresistas contra los nacionalistas y protectores del orden. Cuando uno pregunta sobre lo último no tienen para nada clara la idea.

Aquí las leyes autorizan la portación de armas y afirman que cada vez que los liberales proclaman un cambio en la enmienda constitucional más son los americanos que compran armas. Este país de 330 millones tiene más de 400 millones de armas y creen que son necesarias porque no son ellas las que matan sino las personas que aprietan el gatillo. El poderoso lobby de la NRA como también la industria militar que da empleo en cantidades superiores a 50 millones de personas no creen que habría que privilegiar la vida por sobre la cuestión de la autodefensa que podría haber sido un argumento alguna vez en los tiempos del cowboy pero no en pleno siglo XXI con lunáticos que acaban asesinando a niños en escuelas o personas de distintas edades en los shoppings de este paìs.

LAS CONTRADICCIONES DEL SISTEMA
No pueden explicar tampoco la inserción de este país en la economía global de la que ha sido un gran promotor ahora que en las líneas de ensamble de autos faltan las partes electrónicas que eran fabricadas en China. Quieren un Biden más fuerte al tiempo que afirman que no concluirá ni su primer mandato. Les molesta que haya sido el presidente más votado en las historia de los EEUU pero más que haya derrotado a un Trump que incrementó su número de votantes pero no pudo contra el covid que se cobró la vida de más de 600 mil americanos.

Aquí en Carolina del Sur las cosas han vuelto a la normalidad. No usan tapabocas y los vacunados desde comienzos de abril son prácticamente el 70% de la población del Estado. Aquí está la fábrica de la BMW, la empresa de neumáticos francesa Michelin y otras aunque los principales empleos están relacionados con las fuerzas armadas y el llamado por Eisenhower «el complejo industrial militar». No les gusta que los empleos salgan pero no se molestan por los que vengan a radicarse en el país mientras es posible observar una creciente población de origen mexicano que como braseros constituyen una mano de obra barata y funcional. En domingo llenan las pequeñas playas de los lagos en medios de los Blue Ridges. Hay color a carne asada y nopales cocidos a las brasas. Son cada vez más y deben soportar también la división de este país y sus contradicciones.

La referencia de una región donde los cultivos de caña de azúcar, arroz, tabaco y algodón dominaron gran parte de su historia unida a la esclavitud y a la guerra civil están todavía vigentes y no hace falta rascar mucho para que emerjan.

MÁS ALLÁ DE LO SIMBÓLICO
La lucha por los símbolos de los confederados como su bandera y su manera de percibir el mundo exterior a esas creencias entroncadas en la idea de una conspiración mundial siguen muy vigentes. El racismo es un gran tema aunque tratan de sacarle sentido sobre la base de que más policías mataron a más blancos pero que los medios en manos del verdadero poder colocaron a los negros como víctimas. Amazon tiene una fuerte inversión en South Carolina pero Bezos como Gates o Soros han entrado tanto en el relato popular que son referenciados como los verdaderos constructores del mensaje que divide profundamente a esta Nación.


No saben con exactitud cómo terminará esta historia mientras aprovechan los primeros calores de este verano próximo como temperaturas superiores a los 35 grados. Las antiguas fábricas textiles fueron arrasadas por las prendas fabricadas en China y el algodón ha perdido importancia ante el poliéster. Los derechos de la comunidad Lgbt entran en colisión con los valores de las iglesias dominadas por bautistas y otras denominaciones que siguen hablando que todo eso socava los valores tradiciones del pueblo americano. El culto dominical ha vuelto prácticamente su normalidad y en pueblos pequeños como Walhalla o Séneca en una misma cuadra pueden existir tres templos religiosos de distintas denominaciones.


BUSCANDO CONSTRUIR NUEVOS IMAGINARIOS
El comienzo del Deep south vive tiempos complejos y cambiantes. Se vanagloria del crecimiento de ciudades como Charlotte que «es tan cara como New York» o que muchos vienen desde el norte a gastar en alquileres de casas y botes más de 2 mil dólares por día.
Es que son tiempos en que incluso las creencias más profundas no pueden dejar de ser contradictorias ni mucho menos. El General Sherman el de teoría de la tierra arrasada es un mal recuerdo por estos lugares aunque muchos hoy trabajan haciendo partes del tanque que lleva el nombre del general que arrasó hace unos buenos años estos lugares. La contradicción es el blasón de los nuevos tiempos y South Carolina es un buen ejemplo.

 

Equipo Periodistico
Equipo Periodistico
Equipo de Periodistas del Diario El Independiente. Expertos en Historias urbanas. Yeruti Salcedo, John Walter Ferrari, Víctor Ortiz.