La historia de Favio Patiño con los viajes surgió en el año 2008 cuando fue a los Estados Unidos por tres meses a hacer Work and Travel, antes de esto nunca había viajado. En el 2009, ya con amigos de otras partes del mundo, decidió viajar a Inglaterra con la idea de ir a vivir allí debido a las amistades que tenía, pero según comentó, no le fue bien.
“No conseguía trabajo, terminé trabajando de albañil, hacía frío y no me gustaba ese tipo de trabajo” recordó. Ejerció ese oficio por unos meses y recorrió Gales e Inglaterra. Luego de ello, regresó a Paraguay con la idea de quedarse. Aquí estudió lingüística, se convirtió en profesor de inglés y comenzó a dedicarse a la enseñanza, hasta que un día decidió aplicar para trabajar como tripulante de una aerolínea de Dubái, y quedó seleccionado.
Mediante este empleo vivió cinco años en dicho país y fue a través de esta experiencia laboral que pudo conocer gran parte de los países del mundo. “En Dubái crecí en todo sentido, gané independencia y aprendí. Es un país demasiado lejano en el Medio Oriente, muy diferente en cuanto a la cultura. Viajé muchísimo trabajando y yendo de vacaciones, hice un montón de amigos de todos lados” contó.
En el último año que estuvo en la aerolínea, descubrió que le gustaba la fotografía sacando fotos de paisajes y viajes que hacía. En una oportunidad, un chico árabe le dijo que le gustaban sus fotografías y le ofreció un trabajo en el rubro. “Yo jamás pensé que iba a hacer esto” afirmó. De esta forma se inició en el mundo de las fotos, aseveró que este muchacho fue una especie de mentor, ya que él tenía conceptos muy básicos sobre la fotografía y este le enseñó edición.
“El estilo de fotografía que hacíamos era muy difícil porque eran fotos de fiestas de noche” manifestó. De esta forma, Patiño empezó a trabajar en su nueva profesión y a la par continuaba siendo asistente de vuelo. Luego de cinco años volando, Favio contó que se sintió cansado y decidió volver a nuestro país e incursionar en la fotografía en el Paraguay.
Expresó que en aquel entonces le resultó muy fácil ese proceso porque los eventos acá son muy protocolares, como los quince años o bodas, por lo que decidió seguir en la profesión a tiempo completo. Aprovechó los dos tickets a cualquier destino que le regaló la aerolínea como beneficio de haber trabajado para ellos, y de esta forma conoció Bélgica y Escandinavia.
MÁS AVENTURAS
Sin dejar de lado la fotografía, emprendió su siguiente aventura: asociarse al mochileo. Consiguió ser fotógrafo de una boda en Inglaterra y de esa forma comenzó a inmortalizar bodas internacionales. “Mi estilo de vida cambió. En la aerolínea yo me hospedaba en hoteles cinco estrellas. Por mi cuenta me hospedaba en hostales, casas de amigos, posadas, voluntariados y cada vez era más grande mi tiempo de mochileo”
Respecto a cómo ven los extranjeros a los paraguayos, mencionó que la mayoría de los amigos que conoció viajando le manifestaron que fue el primer paraguayo que conocieron. Luego le hacen preguntas sobre el país.
“Les digo que somos tercermundistas y corruptos, pero que lo mejor que tiene el Paraguay es la gente, que somos el único país bilingüe, que estamos divididos en dos regiones. Siempre tengo mi bandera conmigo y les muestro que somos el único país que tiene un escudo en el anverso y el reverso, les explicó qué es el ñandutí y como es típico de mi ciudad, siempre tengo conmigo y entonces también les regaló”, manifestó.
Contó que ya recibió también muchos extranjeros en Paraguay y que la reacción de ellos ante nuestro país es positiva. “Les gusta lo rico que se come acá, la amabilidad de la gente, la cultura exótica que tenemos y lo barato que es todo” finalizó.