La pandemia del Covid-19 es una problemática que arrasó no solo con un gran porcentaje de la población mundial, sino también con el sistema sanitario del mismo, al igual que la economía.
Particularmente en Paraguay, un país que nunca se destacó por ser un ejemplo sanitario a nivel regional, ni mucho menos internacional, la catástrofe del coronavirus afectó con mucha fuerza, sumiendo a toda la población a un estado total de desasosiego e inseguridad por lo que pueda pasar.
Así, con el último informe del Ministerio de Salud hasta el cierre de esta edición, que indicó una cifra de fallecidos de 15.995, se puede hacer un leve paralelismo con los estragos causados por la Guerra del Chaco.
Esto debido a que en tan solo 1 año y 6 meses de cuarentena que cumpliremos este 11 de septiembre, doblaremos la cantidad de personas que murieron en un año del conflicto bélico con Bolivia.
Si bien durante esa época la población del país ni siquiera llegaba a un millón de habitantes, el impacto de mortandad es el mismo, pues a pesar de superar actualmente los siete millones de habitantes, más de 16 mil familias siguen sufriendo por la pérdida de algún ser querido, lo que no minimiza en absoluto todo este padecimiento.
¿QUÉ NOS ESPERA?
“En estos momentos estamos en una situación epidemiológica de baja transmisión, prácticamente se detectan muy pocos casos diarios y muchos hospitales ya se encuentran por debajo del 20% de internaciones por pacientes con Covid”, recalcó el Dr. José Fusillo, con especialidad en Neumología.
Actualmente, mencionó el profesional, muchos sanatorios volvieron a ser polivalentes; esto quiere decir que muchos ya desempeñan varias funciones más allá de los tratamientos para Covid-19, realidad que antes parecía muy lejana con el alto nivel de saturación vivido por mucho tiempo.
Es así como, de pasar a tener récords diarios en contagios que superaban los 3.000 casos y la cifra de fallecidos que no bajaba de 150, ahora pareciese existir cierto suspiro para el sistema sanitario del país, dando también un poco de tregua a la congoja ciudadana.
“En este momento es muy difícil realizar proyecciones, ya que la entrada de la variante Delta sigue generando incertidumbre. Aunque en nuestro país no se registran repuntes de contagios por este nuevo virus, no podemos bajar la guardia, pues con la Delta nos encontramos en la misma situación que estábamos a inicios del 2020: no sabemos lo que puede pasar”, acotó el Dr.
En este punto, Fusillo reiteró la incapacidad de predecir futuros resultados, recordando que el caso más claro de esto es EE.UU, que cuenta con muchos efectos de contagio por la variante Delta.
NO PODEMOS DESCUIDARNOS
“Es innegable que se deben seguir respetando al pie de la letra las políticas de Salud Pública, pues la problemática del Covid-19 aún está muy lejos para terminar”, puntualizó el experto.
De este modo, el neumólogo habló nuevamente de los estragos de la pandemia en nuestro país, recalcando que la cifra de los fallecidos es el índice suficiente para comprender la catástrofe acaecida.
“Esto es peor que una guerra porque no debemos olvidar que hablamos de 16 mil vidas de compatriotas y familias enlutadas. Es un número muy alto que siempre generará un fuerte impacto porque cada vida cuenta, independientemente de la baja de nuevos fallecidos que se registra”, mencionó el Dr.
Por ello, Fusillo reiteró la necesidad de mantener todas las medidas de prevención, ya que aún no contamos con una gran cantidad de inmunizados y que los números estén bajos no es una prueba suficiente para hablar de una mejora total.
La incertidumbre será la fiel compañera de la población paraguaya en el desarrollo epidemiológico del país, ya que nunca se sabe cuándo podríamos recaer. Lo importante sería que no dupliquemos nuestra cifra de fallecidos y ahora superemos a los caídos de la Guerra del Chaco.