En el amplio abanico de películas que llegaron a la pantalla grande existe un sinfín de obras que hicieron que sea inevitable echar unas lágrimas.
Un clásico que sigue vigente hace más de 20 años es “La vida es bella”, filme italiano que se desarrolla a comienzos de la Segunda Guerra Mundial, de la mano de Roberto Benigni, quien hace de director, guionista e incluso encarna al personaje principal de la cinta.
La historia se remonta a mediados de 1939, cuando estaba a punto de estallar la Segunda Guerra Mundial en Europa, que posteriormente se extendió hasta 1945. Un alegre y humilde Guido Orefice acababa de llegar a Arezzo, en la Toscana, con la fiel intención de abrir una librería.
En medio de su plan por consolidarse en el mundo de la literatura conoce a la encantadora Dora, la mujer de sus sueños, sin embargo, dejó escapar un pequeño gran detalle: estaba comprometida con un fascista italiano.
Guido no se dio por vencido hasta conquistar a la bella dama, quien cayó rendida a sus brazos y de esa unión nació su hijo Giosué, la adoración de ambos.
Pocos años después la feliz familia vivirá uno de los episodios más horribles que pudieran imaginarse, fueron reclutados en un campo de concentración, donde el amor paternal de Guido se hace más fuerte cuando decide demostrar a su pequeño hijo que todo era un juego y no uno de los peores escenarios.
GALARDONES
La conocida película escrita, dirigida y protagonizada por la misma persona consiguió nada más y nada menos que tres Premios Oscar en la edición del 1998 en las categorías de Mejor Actor, Mejor Película de Habla No Inglesa y Mejor Banda Sonora.
Asimismo, en el mismo año se alzó con la estatuilla de los Premios Goya a la Mejor Película Europea.
El reparto principal, aparte de Benigni, estaba compuesto por Nicoletta Braschi, Giorgio Cantarini, Marisa Paredes, Giustino Durano, Horst Buchholz y Sergio Bini Bustric.
