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La pobre capacidad restrictiva

Una de las cuestiones que también vuelve a aparecer durante este tiempo, en el que el Covid-19 pasa a segundo plano debido a la cantidad baja de muertos, es la cifra de personas fallecidas por consumo de alcohol.

Habíamos tenido un gran retroceso en esto, que es una de las causas de accidentes y de muertes más comunes en el país. Solo en el día de ayer ya fallecieron entre 7 a 10 personas que se encuentran con posibilidades también de acabar muertas en otros hospitales debido a la gravedad de dichos accidentes.

Tampoco facilitan las cuestiones restrictivas nocturnas. La policía tuvo que actuar en encuentros que se realizaban fuera del tiempo establecido para este tipo de actividades en la zona de Ñemby.

Sin embargo, las fiestas clandestinas continúan porque no hay mucha capacidad para hacer que la norma se cumpla y menos para tener la conciencia de que no hay que manejar bebido; que los riesgos de cometer accidentes y de ser víctimas de ellos son relativamente muy altos, cuando se trata de circunstancias de este tipo.

Se ha pasado a una nueva normativa para dicho propósito, pero no creemos que cambie mucho si nuestra capacidad de aplicación sigue bastante pobre.

Benjamín Fernández Bogado
Benjamín Fernández Bogadohttps://benjaminfernandezbogado.wordpress.com/
Doctor en derecho, periodista y profesor universitario. Ha realizado estudios de post grado en las Universidades de Navarra (España), Oxford (UK) Minnesota, Syracuse y Harvard de los EEUU. De esta última ha sido Visiting Scholar en el 2008.

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