Los talibanes van a permitir que sus compatriotas que quieren salir de su país puedan hacerlo por el aeropuerto controlado por tropas americanas a las que se les había puesto como límite de evacuación el 31 de agosto. Biden envió a su propio director de la CIA a negociar con los talibanes la salida de los que quedan aún en su territorio. Los que se quedan, deberán aguantar la pesadilla o buscar reiniciar el ciclo de la violencia.
Este país del cual por la distancia geográfica, cultural e histórica no conocemos mucho y que ahora empezó a ser titular mundial por lo que vive en una nueva intervención de una de sus tribus más violentas en un espacio que ya tenía serios problemas que ahogaba el país cómo la corrupción y la pobreza. Afganistán, es diez veces más pobre que el Paraguay, existe poca inversión extranjera a un país que sufre una crisis económica que ha llegado a tener con hambre al pueblo y que ahora tiene en el poder a los talibanes que con sus premisas religiosas ortodoxas se introducen a destruir lo que queda de modernidad en ese país donde la violencia y el conflicto es la norma y la paz: la excepción.
La mujer hoy día sufre castigos sin explicación racional por los “estudiantes del Corán, que son talibanes que negocian con los americanos la salida de sus colaboradores afganos y los que quedan de los americanos. No es fácil sacar 15 mil personas en un par de semanas y en eso están al punto que la compañía aérea Eastern que cubría la ruta Asunción-Miami dejó la misma para sacar a los quedan de la zona de conflicto a un precio más rentable que el ticket del vuelo hacia la Florida desde nuestra capital.
Todos quieren salir a cómo sea pero la evacuación también está siendo negociada por los talibanes y el grupo de los 7 mientras se articula el poder que tomará el nuevo gobierno.
Salir como se pueda
En este momento el trabajo es de carácter humanitario en un país que está lejos de ser libre en un mundo que adopta la libertad y democracia cómo forma de administrar sus conflictos. Sistema que aún no asegura de por sí una estabilidad en la forma de gobierno en algunos países donde la pobreza, la corrupción y la injusticia generan permanentes turbulencias y conflictos.
EEUU es el último fracasado en ese país y está viendo la fórmula para resolver la evacuación más segura y efectiva posibles mientras las críticas a Biden a nivel interno suben de intensidad por no haber previsto este escenario dramático que viven miles.
La cuestión de salir cómo se pueda para no tener que sobrevivir la dictadura talibana no parece ser una opción fácil ni para los miles de colabores locales que sirvieron como traductores y otras actividades a los americanos que se van luego de 20 años infructuosos y más de un trillón de dólares tirados a un barril sin fondo. La historia como dejavu, se vuelve a repetir.
