jueves, noviembre 6

La Oposición y Asunción

Por: Irma Rojas, Especialista comunicación en campañas electorales

Asunción nunca ha sido un reducto inexpugnable para el Partido Colorado. La oposición ha logrado victorias electorales desde la llegada de la democracia, pero ninguno de sus intendentes supo otorgarle el valor y la importancia que representa ser la capital del país, la madre de ciudades.

El aeropuerto y la terminal de ómnibus, puertas de entrada de turistas extranjeros y potenciales inversores, presentan, desde el primer kilómetro recorrido, calles con baches, basura, personas en situación de calle y agentes de tránsito que, al notar que los visitantes provienen del exterior, buscan extorsionarlos de manera agresiva. Estas son las primeras impresiones que dejamos como sociedad.

El costo de mantener el control de la Municipalidad de Asunción para el Partido Colorado ha sido muy alto, tanto en términos políticos como económicos. Nenecho se impuso por apenas un 5 % sobre Nakayama, utilizando toda la estructura partidaria y una lista de concejales con un poder económico muy superior al de los candidatos de la oposición. Entre sus integrantes figuraba incluso el hijo del diputado Juan Carlos Ozorio, expulsado del Congreso por sus supuestos vínculos con una estructura narco. Esto permite presumir que parte del financiamiento de las campañas podría provenir de actividades ilícitas.

La oposición debe tener en cuenta estos antecedentes al momento de elegir al mejor candidato para las próximas elecciones. El arrastre popular de quien resulte electo deberá ser lo suficientemente fuerte como para contrarrestar el peso del dinero y el aparato político oficialista. En esta contienda no solo se activarán los funcionarios municipales, sino también empleados de otras instituciones públicas con presencia en la capital, conformando un poder de fuego que parte con un piso electoral del 30 % al 35 %.

En este escenario, no se debe cometer el error de descartar a Kattya González como candidata. Fue la opositora más votada para el Senado en Asunción, sin contar con estructura ni apoyo económico ni logístico. Puede decirse que el asunceno acudió por convicción, sin incentivos externos, a votar por ella. Este hecho no debe tomarse a la ligera al momento de analizar el pulso de una ciudadanía hastiada de la corrupción generalizada, confirmada con los números catastróficos de la intervención municipal. Esa ciudadanía necesita un liderazgo que la motive a abandonar la comodidad de sus hogares y acudir nuevamente a votar por el cambio.

Si bien los acuerdos deben respetarse, también deben poder revisarse cuando la coyuntura lo exija. Si la oposición no logra arrebatar al Partido Colorado la administración municipal, difícilmente podrá construir una alternativa creíble para 2028. Solo una gestión eficiente, transparente y orientada al bien común permitirá demostrar que existe una manera distinta de administrar los recursos públicos. La oposición debe probar que puede mejorar la calidad de vida del ciudadano asunceno, y que esa gestión patriótica puede replicarse a nivel nacional.

Sin ánimo de desmerecer a quienes hoy aspiran a la representación, ha llegado la hora de dejar de lado las pretensiones legítimas que, aunque comprensibles, han permitido al oficialismo mantenerse en el poder durante décadas. Las consecuencias de esa continuidad son claras: un sistema de transporte deficiente, servicios de salud y educación precarios, y una población condenada a la escasez, al punto de que un senador colorado recomendó alimentar a los hijos con “puchero hervido” una vez por semana.

Por último, el principal problema de los actores políticos de la oposición nunca fue el Partido Colorado. Siempre ha sido el ego.