Hace días se registró en la ciudad de San Lorenzo la muerte de Gabi Cabrera, una mujer trans. Sin esclarecerse la situación, una violencia impune hacia la comunidad trans es lo que deja vislumbrar su caso, que representa solo uno de la larga lista de abusos indiscriminados.
Tan solo a un mes de una intensa lucha por el reconocimiento de los derechos de la comunidad trans, se deja vislumbrar la falta de protección hacia este sector de la población, pues el fin de semana se hicieron virales unos videos que mostraban cómo un grupo de jóvenes golpeó incesante y brutalmente a Gabi Cabrera, una mujer trans.
La misma apareció muerta el jueves 11 de noviembre a metros del arroyo San Lorenzo y de acuerdo a los informes del fiscal interviniente en el caso, Gerardo Mosqueira, no encontraron ningún rastro de violencia o golpes en el cuerpo de la víctima, pero se fijaron en una cuerda atada a su cuello y según el médico forense la causa podría ser caratulada como un supuesto hecho de suicidio.
De todos modos, decidieron llevar a cabo una autopsia para determinar la posible causa de muerte, resultados que se conocerán a partir de dos semanas, para confirmar si se trata de un suicidio o un homicidio.
El fiscal Mosqueira mencionó que están al tanto de los videos viralizados y están llevando a cabo una investigación correspondiente, a cargo de la fiscal Viviana Riveros. El análisis se hace de manera individual al fallecimiento de Gabi porque el profesional manifestó que ambos sucesos no guardan relación entre sí.
HISTORIAL DE VIOLENCIA
Para Yren Rotela, activista y defensora de los derechos de la comunidad trans en nuestro país, los hechos en torno a la muerte de Gabi resultan muy confusos. Sentenció que, desde su punto de vista, no puede tratarse de un suicidio, teniendo en cuenta la brutal violencia a la que fue sometida días antes de su muerte.
“El martes fue la última vez que tuve contacto con ella y la noté muy mal, adolorida y rengueando; cuando le pregunto qué pasó, me dice que un grupo de personas la golpearon muchísimo en su parada, la cual habitualmente estaba en San Lorenzo”, explicó Yren.
Al respecto, la activista agregó que la ciudad mencionada es la zona de mayor concurrencia de trabajadoras sexuales y las mujeres trans empezaron a recibir dificultades para desempeñarse en dicho trabajo, hecho que intentaban superar, pues no cuentan con alternativas laborales y mucho menos con alguna oportunidad.
“Gabi tenía su parada, como todas, pero siempre se exponía a situaciones y personas violentas por lo que representa la zona. Cuando me contó su última experiencia, la animé a que denuncie, teníamos previsto ir el viernes pasado, pero ya fue muy tarde para ella”, recordó Yren.
En ese sentido, reiteró los cuestionamientos existentes en el fallecimiento de Gabi, expresando que si ella se suicidó se debería analizar los hechos que desencadenaron el sucedo, pues el linchamiento sufrido puede considerarse como un detonante de la situación.
DISCRIMINACIÓN CONSTANTE
A través de la organización Panambi, Yren junto con otras personas trans, realizan un seguimiento de denuncias de discriminación hacia la comunidad trans. Actualmente, ya han recopilado 50 denuncias de violencia en diferentes formas.
La activista comentó que San Lorenzo es la ciudad en la que se registran mayores casos de violencia contra las personas trans. Anualmente, la zona tiene altos índices de discriminación y abusos hacia la comunidad, teniendo en cuenta que constituye el lugar más representativo de trabajos sexuales, dividiéndose a su vez en varias zonas más.
“Si uno se fija en los datos, San Lorenzo representa estadísticamente el mayor lugar donde se registran asesinatos de personas trans. La violencia no solo se registra por parte de desconocidos o clientes, sino también por policías”, destacó la mujer.
Por último, señaló que la senadora Esperanza Martínez fue la única autoridad que sentó una postura acerca del caso de Gabi, mientras que representantes de diversas instituciones públicas se llamaron a silencio.
“Lo único que quiero es que las autoridades trabajen y lleven a cabo las investigaciones pertinentes, sin ningún tipo de prejuicios; esto no puede existir debido a nuestra orientación sexual o identidad de género. Nosotros también somos personas y tenemos los mismos derechos que los demás”, finalizó.