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La frivolización de la tragedia (II)

Al día siguiente, como si el bochornoso suceso no fuera suficiente, aparece Marly Figueredo, esposa de Rodolfo Friedmann, flamante Ministro de Agri­cultura y Ganadería, sumándose a la corte de legionarios pro restauración del Parque Guasu, sin tomar muy en cuenta que con sus declaraciones a Radio Ñanduti, le hacía o no, un gran favor a su esposo que acaba de asumir y no terminaba de hacer pie en su nuevo cargo. “Tengo la intención de iniciar una campaña de reforestación en el Parque Guasu Metropolitano luego de los in­cendios ocurridos últimamente…” cuando se habilitó el parque ya estaba en la entrada esperando que se abra, ya que desde hace 20 años asisto al lugar…” y para rematar indicó que “ el incendio que afectó a la flora y fauna me conmo­vió bastante” y “con Simone Villar”, otra modelo,” hablamos de una campaña, ya que la gente nos sigue…” para terminar refiriéndose a la gestión de gobierno con un escueto “deberíamos apoyar y ayudar».

Nadie duda de la sensibilidad e inclinación hacia la naturaleza desde siempre de la señora Marly, solo que hace 20 años, en ese predio funcionaba la Primera División de Caballería del Ejército Paraguayo y allí pastaban mansamente unas 50 vacas lecheras y unos 100 novillos para carne, que se repartía entre la tropa y sus superiores. El Parque Guasu Metropolitano se inauguró en septiembre del 2007, de modo que era bastante improbable que en aquella época la joven Marly caminara por esos pastizales de madrugada y tampoco ha reconocido en sus profusas y habituales declaraciones, alguna cercanía con las labores del tambo que allí funcionaba. Según memoriosos oficiales en actividad, la jor­nada comenzaba todos los días a las 4 de la mañana y concluía con el reparto a la unidad militar. Es preciso recordar que el Presidente de la Nación, dada la gravedad del acontecimiento, cuando el siniestro estaba controlado, saludó efusivamente a los bomberos y comprometió su ayuda para la recuperación del Parque Guasu Metropolitano, al igual que los Ministros del MOPC, MADES y Secretaría de Emergencia Nacional.

Cuando ocurren estas desgracias, la gente se sensibiliza o intenta ayudar y fue­ron grandes cantidades de comida y bebidas que la ciudadanía aportó durante esa jornada desde el más puro anonimato, sin buscar visibilidad ni algún tipo de vedetismo.

Esta actitud ciudadana, destacable por cierto, pone al desnudo que las provo­caciones desde una pretendida sensualidad piadosa o de la errática declaración oportunista de “ayuda urgente”, no contribuyen para nada en la construcción de un país, que debe tomar sus problemas en serio y no frivolizar sus desgracias.

Columnistas
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Expertos en Historias urbanas.

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