Internet ya es o se está volviendo algo muy necesario para el ser humano incluso se lo piensa incluir como un derecho humano. Hoy es vital donde sea cómo el acceso a la luz, el agua, la vestimenta o automóviles y carreteras para llegar a un sitio en particular esto ya lo podemos ver en casi todos lados porque casi todos contamos con pantallas que deben tener acceso a la red para justificar su existencia, así cómo las rutas necesitan de vehículos para que tengan sentido. La vestimenta y la comida requieren de personas para que justifiquen su existencia. Internet todavía no es de acceso global y para lograr eso se han desarrollado tecnologías cómo el internet satelital, históricamente venimos del internet por línea telefónica, conectándonos por cable hasta la conexión inalámbrica a la red internacional (WIFI) Wireless Internet Fidelity.
Lejos de nosotros ya existen satélites diseñados para hacer posible que naveguemos desde cualquier lugar en el planeta. Por ejemplo, el servicio Starlink de Musk ya ha llevado internet a algunos de los lugares más remotos de Sudamérica. Continente en el todavía existen ciudades y países aislados de lo que se da en nuestro mundo ya sea por no tener acceso a energía eléctrica, carecer de caminos que permitan acceder o salir de la ciudad o país. Algo que muchos desean para aprovechar de las ventajas que trae consigo el “desagüe”, el escaparse o salir de cualquier sitio o condición.
Resistencias ideológicas
Aún conociendo las ventajas de desaguar algunos países cómo Bolivia rechazan la propuesta del ex funcionario público Elon Musk que con Starlink pretende hacer que el mundo acceda a la red internacional que nos sirve para comunicarnos, informarnos, enseñar, aprender y gestionar lo que se pueda desde donde sea. cuando Starlink, de Elon Musk, ofreció a Bolivia una conexión a internet rápida y asequible, transmitida desde el espacio, muchos esperaban que el país andino de 12 millones de habitantes lo celebrara. En cambio, Bolivia dijo no, gracias.
La decisión de rechazar Starlink ha desconcertado y enfurecido a la población boliviana, donde las velocidades de internet son las más lentas de Sudamérica y cientos de miles de personas siguen sin conexión. Sin conexión a internet, la gente suele tener dificultades para recibir educación y carece de acceso a empleos y ayuda rápida en caso de catástrofes naturales.
La decisión de Bolivia es por una muestra mas del debate cada vez mas intenso sobre como internet ha penetrado en nuestras vidas y el impacto que tiene incluso en temas claves como la soberanía nacional.

Licenciado en ciencias politicas (UNA), editor, comunicador, productor y editor de contenido creativo para medios de comunicacion e intereses particulares