Se dio inicio a la Cuaresma, tiempo que tiene como objetivo exhortar a los creyentes a reflexionar sobre sus acciones y mejorar su modo de vida conforme a los principios religiosos.
El Miércoles de Ceniza, una fecha importante para los católicos pues es el inicio de la Cuaresma, es decir, indica que luego de 40 días llega el domingo de Resurrección. Este día los cristianos que se preparan para conmemorar la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, acuden a las iglesias para llevar a recibir la cruz de ceniza.
La ceniza es un sacramental, por lo que no se debe recibir como algo supersticioso o con alguna motivación mágica. La ceniza es producto de la combustión de algo por el fuego que adquirió sentido “simbólico de muerte, caducidad, y en sentido trasladado, de humildad y penitencia”.
En la tradición católica, la ceniza proviene de la cremación de las palmas o espigas utilizadas en la Semana Santa anterior. Este producto es ubicado en la frente de los creyentes, por parte de los curas, en forma de cruz.
Para completar el rito, mientras el padre impone la ceniza dice estas dos expresiones, alternativamente: “Arrepiéntete y cree en el Evangelio” y “acuérdate de que eres polvo y al polvo has de volver”.
Requisitos para recibir la ceniza
A la celebración de la ceniza puede acudir todo el que quiera, incluso los que no son católicos; sin embargo, es necesario prepararse con una jornada de ayuno y abstinencia, que no son lo mismo.
El ayuno es la disminución de la ingesta de alimentos, mientras que la abstinencia es dejar de consumir una comida en específico, en este caso, la carne roja.
Mensaje del Papa
El Vaticano publicó el Mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma 2022 con el tema: “No nos cansemos de hacer el bien, porque, si no desfallecemos, cosecharemos los frutos a su debido tiempo. Por tanto, mientras tengamos la oportunidad, hagamos el bien a todos”.
En su mensaje, el Santo Padre recuerda que la Cuaresma es “un tiempo favorable para la renovación personal y comunitaria que nos conduce hacia la Pascua de Jesucristo muerto y resucitado” y animó a reflexionar sobre el tema del Mensaje que se basa en una exhortación de San Pablo a los Gálatas.
“No nos cansemos de orar. Jesús nos ha enseñado que es necesario ‘orar siempre sin desanimarse’ (Lc 18,1). Necesitamos orar porque necesitamos a Dios. Pensar que nos bastamos a nosotros mismos es una ilusión peligrosa. Con la pandemia hemos palpado nuestra fragilidad personal y social. Que la Cuaresma nos permita ahora experimentar el consuelo de la fe en Dios, sin el cual no podemos tener estabilidad (cf. Is 7,9). Nadie se salva solo, porque estamos todos en la misma barca en medio de las tempestades de la historia; pero, sobre todo, nadie se salva sin Dios, porque solo el misterio pascual de Jesucristo nos concede vencer las oscuras aguas de la muerte”, advirtió el Papa.