La carrera armamentística en la era de la IA claramente tiene un solo objetivo, la
búsqueda de la superioridad tecnológica. Como era de esperarse, el asunto ha
causado un intenso debate acerca de las implicaciones éticas y estratégicas. Esto no
evita que los ejércitos más poderosos del mundo y sus empresas inviertan fortunas en
el desarrollo de armas autónomas. La pregunta que no deja dormir a muchos es,
¿estamos listos para afrontar todos los riesgos de la militarización de la IA?
En estos tiempos, somos testigos del pavor que estas armas siembran, podemos ver
su uso y abuso en las guerras que se llevan a cabo en Asia y Europa. Desde drones
capaces de identificar, rastrear y atacar a sus objetivos sin intervención humana hasta
sistemas de ciberguerra que evolucionan en tiempo real. Escenarios así ya no
pertenecen a las obras de la ciencia ficción desde hace años.
En realidad, la mayoría de los drones militares siguen dependiendo de operadores
humanos que los manejan como si de un videojuego se tratase, pero el siguiente paso
de estas maquinas asesinas es la plena autonomía, lo que cambiará todo en los
conflictos armados. La cuestión aquí va más allá de lo técnico y llega a lo moral. En el
caso de que una máquina autónoma mate a un civil por error, ¿a quién culpamos? ¿A
los programadores? ¿O al algoritmo que tomó la decisión en fracciones de segundo?
Evidentemente el mundo se encuentra ante el riesgo de una nueva carrera
armamentística, con todos los riegos de salirse de control. Recordemos que el mayor
temor que causan estas máquinas no es la obvia frialdad con la que ejecutan sus
operaciones, sino el riesgo de que se llegue a un punto en el que ni sus creadores
puedan controlarlas. La comunidad internacional debe de actuar con cautela y
responsabilidad, priorizando la seguridad humana por sobre la superioridad
tecnológica.
En conclusión, la integración de la IA en el campo militar no deja indiferente a nadie.
Algunos expertos como el difunto astrofísico Stephen Hawking, han expresado su
temor de que la humanidad sea superada por la IA debido a nuestra lenta evolución
biológica. La historia demuestra que toda arma, desde pólvora hasta la bomba nuclear,
ha sido usada tarde o temprano. Quizá las armas de hoy día sean más inteligentes,
pero solo el tiempo dirá si las hemos usado inteligentemente.

Licenciado en ciencias politicas, editor, comunicador y productor de contenido creativo.