Consultora. Políticas sociales, cooperación y desarrollo. @paovaccotti
El Programa MaPara (Matemáticas Paraguay), fue diseñado con apoyo de la cooperación japonesa JICA e implementado como un piloto por el Ministerio de Educación en la localidad de Cordillera. Sus resultados han sido realmente extraordinarios, mostrando que el método es eficiente y que los estudiantes realmente incorporan aprendizajes de alta calidad.
El MEC se encuentra en un proceso de reforma de la educación y de identificación de innovaciones pedagógicas tanto locales como internacionales, a ser adaptadas y replicadas de forma masiva en el país y MaPara forma parte de esas innovaciones.
Nadie puede dudar de que la llegada de esta metodología a todos los estudiantes será de gran apoyo para generar aprendizajes de calidad y en ese contexto, fue que desde el Ministerio se decidió entregar los libros de MaPara antes de que inicie el año escolar. Es por todos conocido que los libros se realizaron en tiempo récord, sin haberse cumplido con un control de calidad respecto a posibles errores y de hecho ese ha sido el resultado: cientos de miles de libros con errores, cuya impresión además fue financiada con fondos de la Unión Europea.
Pero ese no es un problema de tanta gravedad, porque ante el hecho consumado los errores identificados se pueden subsanar con fe de erratas o reimprimiendo las páginas concretas y modificando los materiales antes de que sean entregados. El problema radica en la reacción de las autoridades responsables ante la evidencia de los errores, desviando el fondo del reclamo, buscando chivos expiatorios y por último, generando una crisis con un importante actor de la cooperación internacional como la Unión Europea, cuyos fondos son proporcionados por personas que pagan sus impuestos y que en la conciencia de solidaridad con otros menos favorecidos, ofrecen cooperación. Al parecer, ya se han apaciguado los ánimos, pero quedaron en evidencia la ausencia de conciencia respecto a la importancia de honrar el dinero público (ya sea de donantes europeos o de impuestos paraguayos), y peor aún la temeridad de los tiempos políticos sin que interese el daño que puede causarse a quienes al final somos los usuarios de las políticas: nosotros y nuestros niños y niñas.
