El hijo de la senadora Esperanza Martínez (FG), Ricardo Javier Portillo Martínez, fue demorado por la gendarmería de la República Argentina tras una infracción de la cuarentena durante una pesca en aguas territoriales correspondientes al vecino país y posteriormente un juzgado lo deportó a nuestro país con la prohibición de volver por término de 5 años.
Tras ser acusada por tráfico de influencias, admitió haber hecho una llamada a Juan Ernesto Villamayor, Jefe de Gabinete Civil de Presidencia, pero indicó no fue más que a los efectos de interiorizarse sobre los procedimientos que se debían realizar y que no hubo intervención alguna de la cancillería.
El joven, fue sometido a un chequeo médico y encuentra realizando la cuarentena en uno de los hoteles habilitados por el Ministerio de Salud. También expresó que como mayor de edad, su hijo deberá afrontar el proceso como cualquier otra persona lo hubiera hecho.
“No midieron la profundidad del territorio y entraron al lado argentino. Como están allá muy atentos por el tema de los ingresos ilegales que hay, habrán tomado como una posibilidad. Entraron a tierras a argentinas, actuó la gendarmería y después le pusieron en la frontera y luego lo revisó la Aduana paraguaya, no tuvo nada que ver la Cancillería”, expresó la legisladora en contacto con este medio.
ACUSACIÓN POLÍTICA
Sobre la acusación de tráfico de influencias que recibió, refirió que se trata de “maniobra política” para dejarla desacreditada ante la sociedad, ya que la Cancillería no tuvo intervención según ella y además la llamada a Villamayor fue solo para conocer los procedimientos que se debían realizar.