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Hacer nada no es malo

Al ser encontrado, “pillado” o captado sin hacer algo específico usted no se preocupe que la neurociencia tiene una respuesta positiva para eso, el estar haciendo nada es una técnica estupenda para mejorar tu productividad.Estar torpe, embobado, soñar despierto…la ciencia tiene una nueva definición para eso: más productividad y creatividad.

El quedarte mirando al infinito sin hacer nada puede chocar frontalmente con el concepto de productividad. Sin embargo, según la ciencia, estás abriendo un nuevo espacio en tu cerebro en el que asentar conocimientos o combinar elementos abstractos que se convierten en ideas creativas.

La neurociencia es el estudio del sistema nervioso, que está compuesto por el cerebro, la médula espinal y las redes de células nerviosas, o neuronas, en todo el cuerpo. Uno que en momentos puede encontrarse cansado de estar mirando la pantalla, de estar en la misma posición en la oficina o la demanda de la directiva para cumplir a tiempo o bien una tarea dispuesta a hacerla.

Meses atrás eran desarrolladas en nuestras salas, comedor, dormitorio, baño o patio sin estar bajo la mirada o el control de nuestros jefes o compañeros de empleo.

Nuevos aprendizajes

Conocido técnicamente como Estado de vigilia tranquila, o popularmente como soñar despierto o quedarse embobado, es un estado relajado de conciencia ambiental que ayuda a la mente a procesar pensamientos complejos mientras está despierta y en reposo. Sería el equivalente a poner el Modo avión en tu móvil, ya que la mente se encuentra consciente, pero de algún modo el entorno desaparece y toman protagonismo pensamientos más abstractos y creativos. Una realidad que nos indica que nuestra mente no deja de trabajar ni cuando nos encontramos durmiendo por los sueños o pesadillas que surgen en este lugar al estar en reposo.

Algunas personas tienen una facilidad especial para alcanzar ese estado mental, pero otras lo consiguen realizando tareas sencillas y repetitivas como fregar los platos, limpiar y ordenar el coche y la habitación.

La ciencia ha probado que el estrés perjudica la recuperación de memoria a largo plazo, por lo que un remedio para frenar esa pérdida es hacer que el cerebro se tome un respiro de tanto en tanto, oxigenación que se da en los momentos en que quedamos “colgados” por una razón natural y no a propósito cómo lo hacemos al tomar nuestra siesta o dormir de noche. Ahi es cuando nuestra mente  recupera la energía que consumió durante el día con las diferentes actividades, para rendir bien o mejor que antes al despertar y por este motivo de niño nos castigaban al hacer ruido mientras se debía dormir y nos destacamos por hacer ruido y molestar a nuestro entorno que buscaba esa paz que demanda un buen reposo.

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