Esta guerra dejó al país grandes enseñanzas que siguen vigentes hasta la actualidad y que no deben ser olvidadas. Por ello, dos historiadores locales destacan algunos puntos claves de esta contienda.
El historiador Herib Caballero Campos, explicó que de a poco se debería ir dando mayor énfasis a este tipo de hitos nacionales, ya que los jóvenes cada vez tienen más desconocimiento sobre este conflicto.
“Las nuevas generaciones están muy ajenas porque capaz ya no conocieron a sus bisabuelos, los adultos llegamos a tener mayor contacto con nuestros abuelos que vivieron aquella victoria nacional. El 12 de junio se recuerda el fin de esta guerra”, expresó.
En cuanto a las principales enseñanzas que dejaron las batallas que se disputaron a lo largo de tres años (1932 – 1935), relató que prepararse para el país fue fundamental, alistar a profesionales aptos para el cargo e hizo énfasis sobre cuán importante es tener esta enseñanza vigente hasta la actualidad.
“Es fundamental ver a esta guerra como lo que fue, una victoria para el país, de lo que se estaba disputando, nos quedamos con dos tercios del territorio, que en aquel entonces era tierra de nadie. El país se preparó, desde las tropas, hasta los líderes, la educación fue clave para ganar, porque incluso llegar hasta esa zona era una odisea, al ser un lugar inhóspito con una naturaleza nada amigable cada estrategia debía ser concisa”, acotó.
COMPARACIONES
Es común que se cometa el error de comparar a la Guerra Guasú con la del Chaco, pero fueron etapas muy diferentes, aunque con problemáticas locales parecidas. La principal diferencia es que hay 62 años entre cada una, etapa en donde el país sufrió una importante baja demográfica, y contaba con muchas deudas externas, razón por la cual para la Guerra del Chaco no se podía conseguir un financiamiento.
Eligio Ayala, quien estuvo al frente de las finanzas como ministro de Hacienda y también fue presidente de la República, fue quien realizó los preparativos para juntar los recursos genuinos del tesoro para la compra de armas y así preparar a las tropas, totalmente diferente a lo que se dio en la Guerra de la Triple Alianza.
“La falta de recursos era tal que para llevar adelante la guerra se tuvo que realizar una junta nacional de aprovisionamiento, se unieron empresarios y el Estado para enviar alimentos a las madres de los hijos que se fueron a luchar y a los soldados. También se realizaban colectas en la comuna e incluso estrellas como Arsenio Erico iban a la Argentina a demostrar su talento a cambio de víveres para las tropas nacionales; así se hizo conocer y se quedó a jugar para el club Avellaneda”, detalló Herib Caballero Campos.
Cabe resaltar que el litigio por el chaco se inició en 1.853 época en donde los militares bolivianos que buscaban tener más poder político se fijaban en la captación de territorio con ideas bélicas como bandera. Sin embargo, el paraguayo fue en todo momento más cauto y enviaba a los militares de altos rangos a estudiar a Europa para que se preparasen, pero de forma más sigilosa.
“Varios son los motivos por lo que no se asemejan ambas guerras, es bien sabido que la Triple Alianza fue devastadora, pero la Guerra del Chaco también significó una gran pérdida para el pueblo, se dieron más de 33.000 muertes, entre jóvenes de 20 a 40 años, que tuvo un gran efecto en el desarrollo demográfico del país”, afirmó.
REFORMA EDUCATIVA
A su vez, el historiador Fabián Chamorro, también instó a que la reforma educativa en sí debe hacer llegar a las nuevas generaciones hechos como este, ya que del pasado se aprende sobre el presente y se puede cambiar el futuro.
“Debemos recuperar desde el sistema educativo nuestra historia, que se reinserte no solo como un desfile alegórico, sino desde la educación que se imparte a los niños, deben conocer el gran valor del chaco y que la historia cumpla su rol dentro de la educación, que se le dé realce a aquellos jóvenes que lucharon incansablemente hace 90 años atrás por ese territorio nacional”, resaltó.
Acotó que nunca está de más recordar y aprender sobre las historias de nuestros antepasados que dieron su vida en aquella cruenta batalla contra Bolivia que culminó aquel 12 de junio de 1935, cuando ambos países firmaron el Protocolo de Paz, luego de tres años de guerra por el territorio del Chaco. Cuentan los historiadores que días después, paraguayos y bolivianos dejaron sus trincheras para abrazarse en el campo de nadie como adversarios dignos.
“Esta fecha nos invita a la reflexión y a honrar a quienes lucharon por su sacrificio y entrega. Sin dudas, fue una generación de valientes. Esta fecha significa el valor de la paz y la vida misma, la vuelta a la vida, según las posibilidades, a pesar de que tantos compatriotas quedaron para siempre en el Chaco”, concluyó.
DESFILE DE LA VICTORIA
Otro acto que marcó un precedente y que debería ser recordado fue el Desfile de la Victoria, un 22 de agosto de 1935, homenaje a las unidades que pelearon en la Guerra del Chaco.
Para tal ocasión se erigió sobre la avenida Mariscal López, un arco del triunfo que decía “Salve vencedores”, pero que lastimosamente fue muy efímero.
Al inicio del desfile se lo vio solemnemente cruzar al general José Félix Estigarribia, comandando el heroico ejército que le supo conducir a la victoria en las inmensidades chaqueñas y luego de una larga ola de aplausos la comunidad entera ingresaba a la calle para abrazar y estrechar las manos de tan valientes compatriotas.
