Es bastante difícil encontrar el adjetivo para calificar la inoperancia del Gobierno en torno a las cuestiones de planificación para casos como los que estamos soportando en términos sanitarios.
No es de recibo, dicen los españoles, que el Gobierno haya acumulado una deuda inmensa con los proveedores de oxígeno, siendo que este es un elemento vital cuando se trata de por efectos y cuestiones derivadas del Covid-19 que ataca fundamentalmente a los pulmones.
Estamos hablando de una cifra pequeña en torno a la cantidad de recursos que tiene disponible el Ministerio de Salud y que en el Ministerio de Hacienda se encuentran disponibles dichos fondos para que el Ministerio de Salud disponga.
No puede ser que las empresas a las que se le deben G. 24.000 millones, no tengan la posibilidad de ser honradas en su deuda hace bastante tiempo y haber estado, inclusive, acopiando una mayor cantidad de ese producto vital en los tiempos actuales.
Eso significa que hemos tenido, y seguimos teniendo, un muy mal Ministerio de Salud y un pésimo Ministerio de Hacienda que no pueden encontrar los elementos de urgencia para enfrentar circunstancias al límite como las que estamos teniendo en este momento.
Debemos tener capacidad de planificación, de mirar con anticipación lo que va a venir. Y lo peor, que no haya gente que diga “si no me das algo de coima, algo del dinero que recibiste por haber dado tal servicio, no te vamos a liberar el cheque”.
Estos son criminales, aquellos que en los departamentos administrativos del Estado siguen picando, coimeando, cobrando, por hacer un trabajo que es absolutamente lógico, necesario y humanista en los tiempos actuales.
Hay que honrar las deudas y si el Estado tiene recursos y no lo hace, y pide coimas para que pague, es un Estado Criminal y debería ser acusado de Lesa patria y Lesa humanidad.