Decenas de millones de personas en el sur de China se preparan hoy para la llegada del supertifón Saola, que paralizó ciudades como Hong Kong y Shenzhen, y amenaza con convertirse en la tormenta más potente de la región en siete décadas.
Las autoridades de China continental emitieron la máxima alerta de tifón que, según el Centro Meteorológico Nacional, podría ser el «más potente» desde 1949 en tocar el delta del río de las Perlas, que comprende varias ciudades importantes como Hong Kong, Cantón, Shenzhen y Macao.
Ante la posibilidad de un impacto directo en Hong Kong, las autoridades advirtieron que estudiarían elevar la alerta a un máximo que sólo se ha emitido 16 veces desde la Segunda Guerra Mundial, consignó la agencia de noticias AFP.
A las 15 (4 hora argentina), Saola se encontraba a 140 kilómetros al este-sureste de Hong Kong, con vientos sostenidos de 210 kilómetros por hora.
El supertifón podría rodear el territorio a menos de 50 kilómetros al sur, causando una tormenta alrededor de Victoria Harbour, según el observatorio de meteorología.
La ciudad vecina de Shenzhen, en China continental, anunció la suspensión de la actividad laboral, de negocios y mercantil desde las 16 (5 hora argentina) y el transporte tres horas después.
«Más allá del personal de emergencia y de protección de las vidas humanas, recomendamos a la gente no salir», dijo el departamento de emergencia de esta megaciudad de 17,7 millones de habitantes.
«La ciudad abrirá todos los refugios para que la gente se resguarde», agregó.
En Hong Kong, el observatorio meteorológico prevé que el ciclón cause «graves inundaciones», similares a las provocadas por el tifón Mangkhut en 2018.
Ese tifón dejó en Hong Kong más de 300 personas heridas, y en China hubo seis fallecidos y más de tres millones de personas se vieron afectadas en las provincias del sur.
Las calles de Hong Kong amanecieron casi desiertas, rociadas por una leve llovizna que se prevé que evolucione a intensas tormentas y vientos.
En el centro financiero internacional, la sesión bursátil quedó suspendida y las escuelas retrasaron el inicio del curso escolar.
«Es mejor esperar a que pase (el tifón) antes de enviar a los niños al colegio», según Lee que, acompañada de su hija pequeña, se apresuraba a hacer unas últimas compras.
«La gente se apresura a abastecerse de alimentos en el último minuto», dijo el propietario de una tienda en Shenzhen, Lu Yiming.
Cientos de vuelos fueron anulados. A partir de las 14 locales, los vuelos con salida o destino «fueron básicamente cancelados», dijo la autoridad aeroportuaria.
Los trenes que entran y salen de Cantón también se suspenderán desde este viernes hasta la tarde del sábado.
«Va a afectar a nuestra vida», aseguró Wu Wenlai, de 43 años, que regenta un restaurante en un suburbio de Shenzhen que tuvo que cerrar.
«Mi hijo mayor tenía previsto volar hoy a Chengdu para ir a la universidad y su vuelo fue cancelado», añadió.
El vecino centro de casinos de Macao también emitió su tercera alerta de tifón más grave a media tarde.
El cambio climático aumentó la intensidad de las tormentas tropicales, con más lluvia y ráfagas más fuertes que provocan inundaciones repentinas y daños costeros, según los expertos.
Saola provocó la evacuación de miles de personas esta semana al pasar por el norte de Filipinas, pero no se ha informado de víctimas por ahora.
El sur de China se ve habitualmente golpeado en verano y otoño boreal por tifones que se forman en las aguas cálidas al este de Filipinas y viajan hacia el oeste.
Aunque pueden causar perturbaciones en ciudades como Hong Kong, las víctimas mortales son ahora poco habituales debido a las mejoras en los métodos de construcción y en los sistemas de gestión de inundaciones.
En una playa de Hong Kong, algunos aprovecharon para surfear las grandes olas generadas por el cercano ciclón.
Fuente: Télam