(Bloomberg)- Francia está caminando una fina línea entre la reactivación de su economía y el someto a una pandemia de coronavirus en alalla a medida que las nuevas infecciones subieron a su punto más alto desde finales de marzo.
Más de 7.000 nuevos casos fueron reportados el viernes, la mayoría desde que la nación estaba bajo un estricto encierro. Por el momento, el número de muertes y hospitalizaciones sigue siendo relativamente bajo, con adultos jóvenes que conforman la mayor parte de nuevas contaminaciones.
Aún así, el gobierno francés no se arriesga. A partir del martes, las máscaras serán obligatorias para las empresas con grupos que trabajan en espacios cerrados, dijo la ministra de Trabajo Elisabeth Borne el domingo en BFM TV. Mientras que los cantantes de ópera están entre los que pueden obtener exenciones, el uso de máscaras se está afianzando en la vida diaria. Ciudades de París a Marsella están haciendo máscaras obligatorias, incluso fuera, mientras que los estudiantes mayores de 11 años tendrán que cubrirse la cara cuando regresen a la escuela el próximo mes.
El presidente Emmanuel Macron está tratando de evitar otro encierro nacional, pero advirtió que no podía descartarlo del todo. Eso se produce cuando el gobierno planea dar a conocer otro paquete de recuperación el próximo jueves, después de que la economía se redujo en un 14% durante el segundo trimestre.
El Primer Ministro Jean Castex dijo la semana pasada la tasa de reproducción del virus, que muestra cuántas personas infecta un portaaviones Covid, se elevó a 1,4, desde las 0,7 de mayo. Sin embargo, el número de pacientes hospitalizados sigue siendo muy inferior al pico de la pandemia, y el gobierno dijo que ha almacenado suficientes medicamentos, máquinas respiratorias y máscaras para que el sistema de salud se enfrente.
El sábado, el número de nuevos casos de Covid-19 en Francia aumentó en 5.453 y en 5.413 el domingo, a trás de una campaña de pruebas más intensiva. Pero la preocupación es que las crecientes infecciones de las últimas semanas se traducirán en un aumento de las muertes y hospitalizaciones a medida que el verano llegue a su fin.
En el sur de Francia, los bares y restaurantes de Marsella ahora deben cerrar a las 11 p.m.
Algunas cosas siguen siendo sacrosantas. El Tour de Francia comenzó en Niza el sábado después de un retraso de dos meses. Aun así, con estrictos protocolos de salud en su lugar, la Gran Salida de los ciclistas fue vigilada por sólo 100 personas. El francés Julian Alaphilippe capturó el maillot amarillo después de ganar un final de sprint en la etapa 2.
