Asunción, 6 jul (EFE).- La familia del ganadero Félix Urbieta, secuestrado en octubre de 2016 en el norte de Paraguay, volvió a solicitar este martes noticias de su paradero a sus captores, nombrando directamente al considerado líder del grupo guerrillero que la pasada semana secuestró y asesinó a un joven de 23 años.
Liliana Urbieta aseguró, en comparecencia ante los medios, que Feliciano Bernal tomó parte en el secuestro de su padre, que entonces fue reivindicado por el Ejército del Mariscal López (EML), una escisión de la guerrilla Ejército Paraguayo del Pueblo (EPP).
Las fuerzas de seguridad atribuyen ahora a Bernal la reactivación de la Agrupación Campesina Armada Ejército del Pueblo (ACA-EP), también desprendida del EPP, pero a la que las autoridades daban por desarticulada.
“Feliciano Bernal, sabemos que estuviste en el secuestro de papá. Te pedimos que nos brindes informaciones sobre su situación. No descansaremos hasta tenerlo de vuelta”, dijo Urbieta leyendo un comunicado.
Bernal habría tomado parte en el secuestro del joven Jorge Ríos, la semana pasada en la estancia ganadera de su familia, y cuyo cuerpo apareció este sábado en una localidad brasileña a unos 70 kilómetros de esa hacienda.
La hija de Urbieta señaló que la diferencia entre los dos secuestros es que, en el caso de Ríos, los secuestradores dejaron su cuerpo tras asesinarlo, mientras que ellos siguen sin noticias de su padre.
La última vez que tuvieron información al respecto fue a comienzos de 2017 y, desde entonces, no han vuelto a tener contacto con los captores.
Reconoció que una persona que se comprometió a darles el monto para pagar el rescate para liberar a su padre no cumplió lo prometido y que por eso no pudieron hacerlo en los plazos exigidos.
Sus declaraciones se producen unos días después de que las autoridades brasileñas encontraran el cadáver de Ríos en la localidad de Caracolito.
Fue llevado a la fuerza la noche del lunes en la estancia de su familia, en el departamento de Concepción, por hombres armados que se identificaron como miembros de la ACA-EP y exigieron a la familia el pago de 200.000 dólares para su liberación.
Y el sábado la policía brasileña informó a la paraguaya del hallazgo del cuerpo.
Preguntado este martes por esos últimos actos de violencia en el norte, el presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, dijo a los medios que el combate a la guerrilla es “una lucha constante” y recordó que en 2020 fueron abatidos nueve miembros del EPP.
“Siempre es preocupante, cada vez que hay un hecho violento por parte de estos grupos terroristas armados”, agregó.
Asimismo defendió el papel de la Fuerza de Tarea Conjunta, la unidad de elite que combate al EPP, cuestionada por su falta de resultados en relación con el presupuesto destinado.
“Están haciendo un esfuerzo a pesar de lo difícil que es la tarea, porque son hechos vandálicos y actúan con cobardía”, dijo el mandatario a los medios.
Tras abatir en el pasado a algunos de sus líderes, las fuerzas de seguridad daban por descabezada a la ACA-EP, que se había escindido del EPP por diferencias entre sus dirigentes.
Fuentes militares estiman que la ACA-EP contaría con media docena de miembros, atribuyendo alrededor de una quincena al EPP, creado en 2008 con orientación marxista y proclamando una defensa del campesinado pobre del norte del país.
El EPP secuestró el pasado septiembre al exvicepresidente de Paraguay Óscar Denis, en las inmediaciones de su estancia ganadera, en la frontera entre los departamentos de Amambay y Concepción, del que no se tienen informaciones desde entonces.
El secuestro de Denis se produjo una semana después de un enfrentamiento entre el EPP y la Fuerza de Tarea Conjunta, que se saldó con el asesinato de dos niñas, hijas de integrantes de la guerrilla. EFE